Esta inspección independiente fue propuesta por el PP vigués a través de una moción y fue secundada por Marea de Vigo pero obtuvo el voto en contra del PSOE, que cuenta con mayoría absoluta en la Corporación local. Los socialistas basaron su rechazo en “el Gobierno ya está trabajando en las pequeñas reformas” que precisa el estadio, en palabras del concejal Javier Pardo.
El Partido Popular defendió su planteamiento recordando que las peñas tienen “dudas” sobre la seguridad de Balaídos. El edil Miguel Fidalgo repasó la “pesadilla” que está suponiendo la reforma del campo municipal, que “nadie sabe cuándo ni cómo acabará”.
Según pronosticó, las obras van a “llevarse por delante el gobierno populista del Abel Caballero” al ser una “fuente inagotable de conflictos” por sus “continuas improvisaciones”, “sobrecostes” y “retrasos”.
En la misma línea, Marea de Vigo destacó que el Gobierno local ya ha dado “varias fechas” del fin de las obras y a día de hoy “no sabemos cuánto van a durar”. También denunció que existe un total desconocimiento sobre el convenio que se le presentará al Celta y que “las palabras del presidente del Celta no invitan a la tranquilidad”.
Además, el concejal Xosé Lois Jácome insistió en su solicitud de realojar temporalmente a los aficionadosrealojar temporalmente a los aficionados en zonas totalmente seguras y recordó que la reubicación de espectadores ya se llevó a cabo en otras ocasiones. “Lo pedimos por precaución. No es medida excepcional ni alarmista”, sostuvo.
Por su parte, el edil Javier Pardo, del PSOE, aseguró que el contenido del canon y la concesión al Celta se conocerá “próximamente” y que la grada de Río está “prácticamente acabada”, a pesar de que su compañero de partido Carlos López Font anunció hace varios meses que los trabajos ya estaban concluidos.
Asimismo, sobre las quejas por la falta de ascensores y la avería que se registró al término de un partido de esta temporada, Pardo afirmó que el mantenimiento de estas dotaciones le corresponde al Celta.