Pues bien, el propio Eduardo Berizzo recordó este episodio este mismo lunes en unas jornadas sobre derecho deportivo que se celebraron en la Universidade de Vigo. «Sucedió que un árbitro me escuchó y retrajo su decisión. La cambió. Me salvó el puesto. Así que hay que protestar», bromeó el técnico en unas declaraciones recogidas por la TVG.
Berizzo era consciente de que se la jugaba en ese partido, de que si el Celta no conseguía la victoria posiblemente sería destituido, a pesar de que los dirigentes del club negaron en todo momento que el entrenador tuviese un ultimátum sobre la mesa.
La acción es una de las más surrealistas que se recuerdan en Balaídos. En el transcurso de cinco minutos, entre el 80 y el 85 del partido, Teixeira Vitienes cambió hasta en dos ocasiones su decisión sobre lo que ocurrió en el área céltica -o fuera de ella, que eso tampoco estaba muy claro- en una confusa acción entre Rossi y Planas. Primero pitó falta a favor del Celta y unos segundos después, tras consultar con uno de sus jueces de línea, señaló penalti a favor del Córdoba. Fue entonces cuando Berizzo entró en el césped para indicarle al árbitro que se había equivocado. Tras consultar de nuevo con su asistente, Teixeira volvió a cambiar de opinión y decretó falta a favor de los vigueses. Berizzo vio la roja por entrar en el campo, pero se marchó como un héroe. Había salvado al Celta del empate y, probablemente, también su propia cabeza.
Ahora, más de 14 meses después recuerda ese partido que marcó un antes y un después en su trayectoria en el Celta. Tras ganar al Córdoba, el equipo alzó el vuelo, protagonizando una mágnifica segunda vuelta que le permitió acabar en octava posición y luchar casi hasta la última jornada por entrar en Europa.
Esta temporada, al Celta le están marchando las cosas todavía mejor. Tiene la clasificación para competición europea casi en el bolsillo y, como el propio Berizzo reconoció en una rueda de prensa reciente, el equipo ha ganado en fiabilidad, lo que ha evitado caer en un bache como aquel que casi le cuesta el puesto.
Ahora, Berizzo es uno de los entrenadores de moda del fútbol europeo y negocia su renovación con el Celta. Pero no olvida que hubo un tiempo en el que fue cuestionado e incluso estuvo muy cerca del despido.