Y es que Maxi no es Sergio Ramós ni Luis Suárez, esos dos jugadores que tienen permitido gritar en la cara a cualquier árbitro. El uruguayo es de la otra Liga, de esa de los otros 18 (o 17) a los que a los jugadores no se les consiente protestar.
Porque en una sola jugada el colegiado decidió cargarse el partido. Dos amarillas consecutivas a un futbolista que protestó por un penalti inexistente después de haber recibido media docena de faltas sin que el trencilla se dignase a pitar nada.
Así cayó el Celta de nuevo y se mete otra vez en problemas. La única nota positiva fue el regreso de Aspas. La peor, la lesión de Mallo.
Cardoso cambió de esquema defensivo para afrontar el choque y le salió bien. Aprovechó el regreso de Hoedt, tras sanción, para situar a tres centrales, con Costas y Araújo.
El mexicano fue precisamente el autor del tempranero gol que dio mucha tranquilidad al equipo en el arranque del choque. Una falta lanzada por Brais fue peinada a la red por Araújo. Todo se ponía de cara.
Con la retaguardia fortalecida, el Celta estuvo cómodo sobre el campo y tan solo adoleció de una pareja que acompañase a Maxi en su desigual lucha con Djené y Cabrera.
Tuvo ocasiones el Getafe en centros lejanos rematados de cabeza con poco acierto. Todo discurría sin ningún problema hasta que se desató la tormenta perfecta liderada por el árbitro.
El colegiado ya había dejado un par de pinceladas discutibles, faltitas inexistentes en contra y otras bastantes más claras sin señalar, pero un salto a destiempo de Hugo Mallo en el área y el piscinazo de un jugador local acabó convertido en la jugada del desastre.
Ahí no hubo VAR (luego sí). Penalti. Además, Maxi, que todavía no ha descubierto que él no puede protestar igual que Sergio Ramos o Luis Suárez, acabó expulsado por dos amarillas consecutivas.
Mata empató y el Celta reaccionó muy bien. Es más, marcó por medio de Hugo Mallo tras recibir un excelente pase de Jozabed, pero aquí sí hubo VAR y el gol fue anulado por un fuera de juego más que dudoso. Antes de irse a los vestuarios, Hoedt pudo marcar de cabeza a la salida de un córner, pero el balón se marchó rozando el palo.
Para colmo de males, Hugo Mallo caía lesionado en la reanudación. La presión del Getafe aumentó y los vigueses lo pasaron mal por primera vez en el encuentro.
A pesar de las dificultades, el Celta respondió, apretó los dientes, juntó sus líneas y consiguió salir al ataque con peligro. Pudo marcar Jozabed, pero fueron los locales por medio de Molina los que lo consiguieron.
Cardoso eligió ese momento para el regreso de Aspas. La entrada del jugador moañés supuso un vuelco anímico. El Getafe se metió atrás definitivamente y los celestes pisaron área con mucho peligro. Rindió a un nivel muy alto Kevin en la banda derecha y tanto Iago como Brais pudieron empatar.
Y cuando se percibía que había un resquicio para la esperanza, Rubén cometió una pifia monumental. El cancerbero gallego, impecable desde hace semanas en la portería, regaló el balón a Mata para que sentenciase el encuentro.
AMPLIACIÓN: Duro comunicado del Celta contra el árbitro y La Liga
Getafe: Soria, Damián, Djené, Cabrera, Olivera, Maksimovic, Arambarri (min. 61, Flamini), Foulquier, Samu Sáiz (min. 70, Portillo), Molina y Mata (min. 82, Ángel).
Celta: Rubén Blanco; Hugo Mallo (min. 53, Kevin), Araújo, Costas, Hoedt, Juncá (min. 80, Sisto); Beltrán, Jozabed; Brais Méndez, Boufal (min. 66, Aspas); Maxi Gómez.
Goles: 0-1, min. 3: Araújo, de cabeza, a saque de falta botada por Brais. 1-1, min. 38: Mata, de penalti. 2-1, min. 61: Molina, en área pequeña a pase de cabeza de Mata. 3-1, min. 81: Mata, tras fallo de Rubén.
Árbitro: Pablo González Fuertes (Colegio Asturiano). Mostró tarjeras amarillas a Mata, Damián, Olivera y David Costas. Expulsó por doble amarilla consecutiva a Maxi.
Incidencias: Partido correspondiente a la Jornada 23 de Primera División disputado en el Coliseo Alfonso Pérez.