La derrota ante el Levante ha encendido todas las alarmas. No solo por los tres puntos, que ya es grave, sino por las formas. Totalmente desnortado, el conjunto vigués fue goleado y vapuleado por un rival directo que todavía no había marcado en este 2019.
Sin juego, sin gol, sin reacción, perdidos sobre el campo… Un auténtico naufragio sin paliativos, de los veteranos del equipo y también de los recién llegados, como Boudebouz, que cometió la gran torpeza en su debut de ser expulsado cuando el Celta intentaba reaccionar.
Sorprendió Cardoso con Brais en punta como un falso “9”. No fue el debutante Boudebouz el que ocupó el lugar de Iago Aspas, que no estaba al 100%, y el canterano se encargó de llevar el peso de la punta del ataque.
No carburó el Celta, se vio otra vez superado por las circunstancias desde el minuto 1. Intentó mover el balón con rapidez, pero apenas tuvo profundidad. Todo lo contrario que el Levante, que avisó una vez y a la segunda ya no perdonó.
Morales batió a Rubén para adelantar a los valencianos y todas las dudas regresaron a la filas locales. El cancerbero céltico volvió a sacar una mano milagrosa para evitar el segundo.
Hubo que esperar hasta el minuto 36 para ver la primera jugada del Celta con peligro. Una buena combinación entre Boufal y Jozabed en la frontal del área para habilitar a Hugo Mallo, sí, el lateral derecho ejerciendo de delantero, pero sin acierto en el remate final.
El desastre en el que está sumido el equipo quedó reflejado en el gol de Koke. Minuto 40, saque de esquina y tres rivales solos en el segundo palo para rematar a gol.
Un desastre total, un naufragio sin paliativos en todas las líneas, desde la defensa a la creación. Y con un responsable muy claro, el encargado de confeccionar una plantilla desequilibrada y escasa pese a los millones de euros que asegura tener la directiva en caja.
La solución de Cardoso fue retirar a Jozabed, muy desafortunado -no menos que el resto de compañeros-, y dar entrada a Lobotka. La deriva continuó, pero esta vez a cargo de Boudebouz con una entrada sin sentido que supuso una roja directa.
El naufragio ya era irremediable. Llegó el tercero del Levante y por primera vez se escucharon cánticos contra Carlos Mouriño. Tras una semana complicada por la polémica sobre el uso político de la sede, hubo gritos (no generalizados) pidiendo que el presidente dimita. La semana se presenta caliente.
Como colofón, también la mofa arbital, pitando un penalti inexistente a favor del Celta. Y los jugadores discutiendo por quién lo lanza, sin comentarios.
Celta: Rubén Blanco; Hugo Mallo, Araújo, Hoedt, Juncá; Okay Yokuslu, Jozabed (min. 45, Lobotka); Boudebouz, Beltrán (min. 71, Jensen), Boufal; Brais Méndez.
Levante: Aitor Fernández; Coke (min. 78, Chema), Róber, Vezo, Luna; Bardhi, Campaña, Simon, Rochina (min. 58 Doukoure); Borja Mayoral y Morales (min. 83, Dwamena).
Goles: 0-1, min. 20: Morales, a pase de Rochina. 0-2, min. 39: Koke, de cabeza a la salida de un córner; 0-3, min. 61: Morales, tras asistencia de Mayoral. 1-3, min. 87: Brais, de penalti inexistente. 1-4, min. 88: Borja Mayoral, de tiro cruzado.
Árbitro: Jaime Latre. Mostró cartulinas amarillas a Boufal y Doukoure. Rojas a Boudebouz y al segundo entrenador del Celta, Jorge Maciel.
Incidencias: Partido correspondiente a la Jornada 24 de Primera División disputado en el Estadio Municipal de Balaídos.