A pesar de que las razones se conocían, el presidente, Carlos Mouriño, sabía que el asunto saldría a la palestra en la comparecencia ante de los medios de este martes, por lo que él mismo se adelantó a los acontecimientos. Antes de que la prensa le preguntara decidió abordar el caso y, entre otras cosas, dejar claro que el conflicto con los culés no proviene del culebrón con Nolito. “El problema con el Barcelona nace al principio de Liga cuando oculta que no se comunicó con nosotros. Nos enteramos de que el niño estaba en Barcelona y nosotros tuvimos que llamarles a ellos. Eso no lo hace un club amigo. Somos un equipo muy modesto, pero tenemos un gran orgullo. Pertenecer al Celta es lo máximo que hay. Siempre defenderemos a la institución. No nos importa que sean grandes o chicos. Haremos lo que sea para beneficiar al Celta”, sentenció Mouriño.
El mensaje fue alto y claro. Por muy grande que se pueda considerar un club, el Celta no va a tolerar ciertas actitudes. Ni siquiera algunos métodos para intentar enmendar errores: “Luego nos ofrecieron un contrato, pero ya no eran horas para que nos ofrecieran nada”, reprendió el máximo mandatario celeste, que también sacó a relucir un tono conciliador. “No hubo comida en Vigo con el Barcelona. No le negamos el acceso al palco porque somos muy correctos, pero suspendimos la comida porque no nos gustó la actitud”, desveló.
Las afrentas llegadas de la ciudad condal no se limitaron al club catalán, sino a la prensa deportiva con el insistente serial que construyeron en torno a la posible contratación de Nolito. Una de las afirmaciones que tuvo que leer el celtismo fue que el Celta no accedía a la operación porque no sabía cómo explicársela a sus aficionados. Esta tesis exasperó a Mouriño: “Nadie está por encima de la institución, ni el presidente, ni los consejeros, ni los jugadores, ni la afición. La institución puede estar pendiente de lo que le pase a un directivo, pero nunca se tomará una decisión si no es por el bien de la institución. Me molesta que se diga que el fichaje de Nolito no se hizo porque no supimos explicarlo a la afición. Nunca supeditaremos una decisión porque a alguien le puede parecer mal”, zanjó el presidente al inicio de su intervención.
Sin quejas por los arbitrajes
Otro de los temas institucionales a los que se refirió Mouriño es el de los arbitrajes. En este caso, una cuestión que enfada más al celtismo, que ha pedido que se alce la voz, que al propio club. A este respecto, desde Casa Celta se ha vuelto a optar por la diplomacia.
“Si tú preguntas institucionalmente, todos los presidentes se van a queja. No he encontrado ni un solo presidente que esté a favor del arbitraje. Todos se creen tremendamente perjudicados por el arbitraje, yo también”, resumió el máximo mandatario celeste, que de un solo golpe dio la razón a sus aficionados y cerró una polémica que nunca le ha gustado.