El sueño duró poco. Para ser exactos, doce minutos, el tiempo que tardaron Messi y Jordi Alba en encontrarse. Este dúo letal masacró a la defensa de un Celta demasiado nervioso y un tanto desajustado.
Juan Carlos Unzué optó en el Camp Nou por un plan audaz: le dio la titularidad a Emre Mor en detrimento del habitual Maxi Gómez. El técnico buscaba magia, desborde, chispa… Y lo que encontró fue una autopista por la banda derecha. El turco no se entendió con Mallo y Wass y desatendió sus labores defensivas. Esto, unido a la poca contundencia de los centrales y, por supuesto, a la entonadísima versión del Barcelona de los primeros minutos, provocó un desaguisado.
El Celta, sin embargo, parecía haber salido bien plantado al campo y en los diez primeros minutos no se podía intuir el chaparrón que llegaría después. El declive comenzó en el 12. Jordi Alba recibió en la banda izquierda del ataque blaugrana y envió el balón al área. Este se paseó por delante de Luis Suárez y le llegó a Messi. El argentino golpeó la pelota de bolea y batió a un Sergio un tanto blando. El meta logró tocar el cuero pero no lo suficiente para despejarlo.
Al Celta no le dio tiempo a digerir este golpe, porque solo dos minutos después la misma sociedad, la formada por Messi y Jordi Alba, le zurró de nuevo. El argentino le lanzó una pared al lateral, este le devolvió el esférico y Messi batió a placer a Sergio.
Estos dos goles convencieron al Celta de que la eliminatoria estaba perdida. El conjunto celeste se puso el chubasquero, abrió el paraguas y se sentó a ver cómo tronaba. Los relámpagos cegaron a una defensa muy blandita y en el 21 a punto estuvo de marcar Iniesta tras un taconazo de Messi.
El Celta consiguió pisar el área rival en el ecuador de la primera parte, pero fue solo un espejismo. No había oasis, solo había jugadores blaugranas con ganas de hacer sangre. Así, en el minuto 27, Messi, harto ya de finalizar, cambió los papeles con Jordi Alba y le envió al lateral un pase estratosférico que se coló por el centro de la defensa. Alba, casi en línea de fondo, cazó el balón y lo envió a la red.
El Barcelona aún no se había aburrido de marcar. Y cómo hacerlo cuando el rival te pone la alfombra roja. En esta ocasión el gol no llegó desde la izquierda del ataque culé, llegó por el centro tras un insensato pase atrás de Pione Sisto. El danés le sirvió el balón a Luis Suárez, al que no le quedó más remedio que hacer el 4-0.
El Barça había dinamitado la eliminatoria en media hora y al Celta solo le quedaba rezar para que no le cayesen más y tratar de ahorrar esfuerzos de cara al partido del domingo ante el Levante. Por este motivo, Unzué sentó a Aspas y Wass al descanso. Ocuparon su lugar Maxi Gómez y Radoja.
La segunda parte no fue más que un trámite amargo para el Celta. El Barcelona, que también agotó pronto los cambios, bajó un par de marchas. Aun así, el partido siguió siendo blaugrana. El Celta estaba noqueado y, salvo por un acercamiento de Maxi en el que Semedo le arrebató el balón cuando iba a encarar a Cillessen, no se le vio en ataque. A menos de cinco minutos del final, Rakitic redondeó la goleada con un remate de cabeza tras un lanzamiento de córner.
El Celta, por tanto, no pudo defender su condición de ‘matagigantes’ y se fue de la Copa por la puerta de atrás. Ahora se tendrá que centrar en la Liga en la que intentará engancharse en la pugna por entrar en Europa. El Levante, el domingo a las 12:00, será el primer test en ese intento de escalada.
Barcelona: Cillessen; Semedo, Piqué (Vermaelen, min. 46), Mascherano, Jordi Alba; Busquets, Rakitic, André Gomez, Iniesta (Arnaiz, min. 61); Messi (Dembélé, min. 58) y Luis Suárez.
Celta: Sergio; Hugo Mallo, Sergi Gómez, Fontás, Jonny; Lobotka, Wass (Radoja, min. 46), Jozabed; Emre Mor, Iago Aspas (Maxi Gómez, min. 46) y Pione Sisto (Brais Méndez, min. 56).
Goles: 1-0, min. 12: Messi; 2-0, min. 14: Messi; 3-0, min. 27: Jordi Alba; 4-0, min. 30: Luis Suárez; 5-0, min. 86: Rakitic.
Ábitro: Hernández Hernández (colegio canario).
Incidencias: Encuentro correspondiente a la vuelta de los octavos de final de la Copa del Rey disputado en el Camp Nou ante 59.009 espectadores.