Los gritos de la afición del Celta contra el Betis sonaron en varias fases del partido desde algunos sectores de Balaídos. La relación entre aficionados sevillanos y vigueses nunca ha sido buena, especialmente desde la ronda copera del año 97 en la que Bjeliça marcó con Goran Djorovic lesionado sobre el césped.
Esa rivalidad se revivió este sábado en las calles de Vigo con los ultras más indeseables de ambos equipos enzarzados en una pelea multitudinaria. Tres heridos y una gran trifulca en la Florida fue el resultado del enfrentamiento entre radicales.
Después de la pelea, los aficionados del Betis fueron escoltados por la Policía hasta Balaídos y se ubicaron en la grada de Río Alto. Eran apenas unos 30 y estuvieron vigilados por una docena de policías.
Además, en la grada de Río Bajo apareció una gran pancarta de los Celtarras que podría tener consecuencias para las arcas del club.