«Humillación». En inglés, francés e incluso en árabe. No se habla de otra cosa en los ambientes futboleros este lunes 8 de diciembre de 2026. El Celta ganó al Real Madrid y lo desquició. Pero es que además, el segundo gol de los vigueses se convirtió en una auténtica venganza.





Esta historia empezó en enero de este mismo año en idéntico escenario. El Santiago Bernabéu acogió el partido de octavos de final de Copa del Rey. Todo parecía dispuesto para que el equipo de la capital avanzase. Y así fue.
Pero lejos de lograr una victoria clara, el Real Madrid se encontró con un regalo arbitral. El protagonista de aquella jugada fue también el sueco Williot Swedberg. Enfrente entonces estaba Lunin. El delantero encaró la portería y fue derribado claramente por el cancerbero.
El árbitro no quiso saber nada, no hubo ninguna revisión, y en la continuación de esa jugada Mbappé batía al Celta.
Este domingo, esta vez se vieron las caras Williot y Courtois. El sueco ya había puesto el marcador a favor de los vigueses con un taconazo excelso. Pero faltaba la guinda. En el descuento, con el Madrid desquiciado, Iago Aspas condujo magistralmente el contrataque.

Ya en el área, Javi Rueda recibió de Williot, cedió a Aspas y el moañés regaló una pared franca al goleador. El nórdico, lejos de ponerse nervioso, pareció acordarse de aquel robo del pasado mes de enero. Sorteó al portero belga y entró plácidamente con varios toques en la portería del Bernabéu.
El Real Madrid cayó, sin honor, ante un Celta que mereció su noche histórica 19 años después. Éxtasis del Celta. ¿Humillación al Real Madrid y Courtois?¿Venganza?¿Justicia divina? Las redes sociales se han plagado de comentarios sobre la jugada. Juzguen ustedes.

























