El delantero, ex del Feyenoord y muy poco querido en Ámsterdam, marcó uno de los goles del Celta en ese encuentro y al celebrarlo se llevó las manos a las orejas en respuesta a los silbidos e insultos de la afición local, que ya habían comenzado cuando el jugador saltó a calentar en la primera parte. El gesto enfureció aun más a una parte de la hinchada del Ajax y tras el encuentro algunos aficionados insultaron gravemente a Guidetti y a su familia a través de las redes sociales.
El jugador del Celta lamenta que se llegue a esos extremos. «Ellos cantaron y gritaron durante 70 minutos, me provocaron tal vez demasiado, pensaban que era divertido. Lo llevaron demasiado lejos cuando mencionaron a mi hija y mi chica, que no tienen nada que ver en esto. Di lo que quieras de mí, no tengo ningún problema con eso, me han dicho cosas así toda mi vida y pueden pensar lo que quieran de mí, no me importa. Pero que no vayan contra mi chica y, definitivamente, que no lo hagan contra mi hija. Se lleva demasiado lejos», explicó.
Cree que el anonimato de las redes sociales alimenta este tipo de comportamientos. «Hay muchas personas cobardes que solo hablan delante de un ordenador. Es algo triste», dijo.