«En general, la gestión de esta directiva no nos da razones para no confiar en Mouriño», asegura Alberto Fraga, de la peña Irmandiños, que comprende que Mouriño se esté planteando seriamente vender el Celta. «No me extraña que esté pensando en apartarse. Ya no tiene alicientes. Ha saneado el club y deportiva y económicamente es muy complicado seguir creciendo. Además, lo que ha pasado con el tema de la nueva Ciudad Deportiva posiblemente le haya llevado a pensar ‘hasta aquí hemos llegado'».
La posibilidad de que el Celta pase a manos de un grupo chino, que es la opción que ha cobrado más fuerza en los últimos días, no gusta especialmente. Pero el ‘temor chino’ tiene un antídoto: la confianza en Mouriño. El celtismo tiene fe en el que todavía es su presidente. «Lo primero es la cautela, hay que esperar a ver qué pasa. No tiene por qué ser necesariamente mala la venta. Confiamos en Mouriño, no nos va a dejar en malas manos», asegura Dani Iglesias, de la peña Natxo Insa.
Javier Vaz, de Centolos Celestes, es un poco más pesimista. «Siento tristeza y miedo», asegura y explica los motivos de estos sentimientos: «Tristeza, porque Mouriño ha hecho las cosas bien y es una pena que se marche. Miedo, porque no sabemos quién va a venir. No sabemos qué proyecto deportivo van a traer y si lo harán pensando en los aficionados. Puede que venga alguien que no conozca lo que es Vigo y haya descubierto hace poco el fútbol y lo único que le importe sea el beneficio económico».
Tomás Rodríguez, de la peña Preferencia Celeste, no obstante, destaca que la situación del Celta nada tiene que ver con la de otros clubes que se han vendido recientemente. Mouriño no tiene urgencia por desprenderse de sus acciones y este peñista está convencido de que elegirá la mejor opción. «No son las mismas circunstancias que, por ejemplo, el Valencia. Estamos hablando de un club saneado. Confío en el criterio de Mouriño. No querrá venderlo al mejor postor. Buscará que haya continuidad en su proyecto», explica.
Carlos Mouriño recibió duras críticas en sus primeros años en la presidencia. Estas cesaron cuando logró sacar al Celta de la profunda crisis que estuvo a punto de condenarlo a la desaparición. Ahora, el apoyo a su gestión es prácticamente unánime a pesar de que algunas de sus decisiones de los últimos meses no han sentado bien a la afición. «No le podemos poner demasiadas tachas a su gestión. Estamos agradecidos», asegura Tomás Rodríguez.
«Está claro que tiene sentimientos celtistas. Cogió el club en una mala situación económica y ha conseguido sanearlo. Está en su derecho de venderlo», señala Dani Iglesias, mientras que Alberto Fraga recuerda que «lleva diez años en la presidencia y en los últimos siete el club no ha dejado de crecer. No va a hacer una venta a la desesperada. Sabe lo que hace».
Con esta venta, Carlos Mouriño no solo recuperaría los alrededor de 20 millones de euros que ha invertido en el club en los últimos años, también sacaría un buen pellizco, porque el precio de mercado de la SAD podría elevarse por encima de los 100 millones. A los peñistas no les parece mal que Mouriño saque beneficio de esta venta. «Hay que entender que esto no deja de ser un negocio. Hay que aceptar la realidad. Y además él se ha dejado la piel por el Celta», señala Tomás Rodríguez.