Berizzo, que llegó al Celta en el mercado de invierno de 2001, se vistió por primera vez la elástica celeste en un partido de Copa ante el Compostela en San Lázaro el 3 de enero. Cuatro días después, debutó en Liga y en Balaídos. Víctor Fernández decidió situarlo en el once formando pareja en el centro la zaga con su compatriota Fernando Cáceres. A los 12 minutos, recibió un pase en largo, se trastabilló a la hora de controlar el esférico y Oulare le arrebató el balón y batió a Pablo Cavallero. Fue un tardío regalo de reyes del Toto. El Celta no pudo sobreponerse a este tanto tempranero y acabó encajando una derrota que le hizo descender hasta la 16ª posición de la tabla, un puesto deshonroso para aquel Celta europeo y para, por aquel entonces, el exigente público de Balaídos.
Afortunamente, este debut aciago fue solo una anécdota. Berizzo siguió contando con la confianza de Víctor Fernández y se convirtió en una pieza fundamental de un Celta que completó una gran remontada en la segunda vuelta y acabó esa temporada en sexta posición y clasificándose para competición europea.
Ahora, desde el banquillo, Eduardo Berizzo afronta este encuentro con su equipo líder de Primera División y con la intención de firmar un arranque histórico con tres victorias consecutivas. Seguro que el técnico argentino esperará también que este partido ante la UD Las Palmas espante fantasmas de su pasado.