Había mucha expectación este sábado en A Madroa. Todo hacía indicar que Eduardo Berizzo se referiría a su futuro y que, muy posiblemente, anunciaría que no había llegado a un acuerdo con el Celta para extender su contrato. Y así fue. El argentino se despidió de forma elegante, con buenas palabras y ligeramente emocionado, aunque contenido. Arropándolo estuvieron los miembros de su cuerpo técnico, que también harán las maletas.
Ni Carlos Mouriño ni ningún miembro del consejo de administración ni de la directiva se acercaron por A Madroa para acompañar a Berizzo en su penúltimo día al frente del Celta. El club, por tanto, ha mostrado una enorme frialdad con el técnico que ha llevado al equipo a dos semifinales de la Copa del Rey y que estuvo a punto de meterlo en una final europea.
Según el propio Berizzo, las negociaciones para su continuidad se rompieron definitivamente el miércoles. Ese día, en el que el Celta jugó ante el Real Madrid, ambas partes separaron sus caminos. El club, por medio de Felipe Miñambres, indicó que las desavenencias estaban relacionadas con la parcela económica. Berizzo, por su parte, había dicho en más de una ocasión que para él lo más importante era estar al frente de un equipo ganador. Y hoy reiteró que cree que el Celta tiene margen de mejora y que él hizo todo lo posible para seguir dirigiendo el proyecto.
La única reacción del club a la marcha de Eduardo Berizzo ha sido digital. Y es que el Celta ha emitido un comunicado de agradecimiento en su página web después de que el técnico anunciase que no seguiría en el equipo. De momento, no está previsto ningún tipo de acto para despedir al técnico en los próximos días. El comunicado dice lo siguiente:
«Eduardo Berizzo, y su cuerpo técnico, no continuarán en el Real Club Celta la próxima temporada. Concluye una etapa de tres años maravillosos, de continuo crecimiento en el aspecto deportivo, social e institucional, tres temporadas magníficas en las que se ha perseguido sin desmayo un sueño que no sólo avivó la ilusión y la esperanza, sino que las ha anclado en el alma del celtismo.
Tres años de la mano de un entrenador que ha hecho historia, que estará para siempre en la memoria del club y de su afición. Eduardo Berizzo había dejado una notable huella como jugador y deja ahora otra, más profunda, como entrenador, uno de los mejores, sin duda, de la historia del Real Club Celta.
El club sólo puede mostrar gratitud por su entrega, su implicación y la pasión que ha volcado en su trabajo durante esta etapa, de las más brillantes, por juego, propuesta y logros, que ha habido jamás.
Agradecimiento a un entrenador que creyó en un proyecto, lo moldeó y lo encauzó con un sello personal que encajó a la perfección en el sentir del celtismo. Muchas gracias Toto».