El colegiado había pasado desapercibido hasta el minuto 72. A partir de ahí, despertó la indignación de los jugadores del Celta. Y es que no señaló como penalti un derribo de Dani García sobre Pione Sisto. La jugada ofrece dudas. La que sí que no las ofrece es la que se produjo cuatro minutos después. Riesgo arrolló a Bongonda dentro del área y el colegiado no señaló una pena máxima clamorosa.
Tras estas dos acciones, llegó su ‘recital’ de tarjetas. A escasos segundos para que se cumpliese el minuto 90, se acercó al banquillo y le mostró la roja directa a Sergio, que este sábado era el meta suplente. Según señala el árbitro en el acta el motivo de la roja fue «protestar una de mis decisiones de forma ostensible y con los brazos en alto, pateando una nevera que había junto al banquillo en repetidas ocasiones»
A la finalización del encuentro, volvió a recurrir a las tarjetas para hacer frente a las protestas de los célticos. Primero le enseñó una amarilla a Guidetti e instantes más tarde, la roja a Hugo Mallo. Munuera en el acta señala lo siguiente: «Fue expulsado por el siguiente motivo: Una vez finalizado el partido, por dirigirse a mí en los siguientes términos: «eres un sinvergüenza»». Eso sí, también precisa que «una vez finalizado el partido, estando en el vestuario arbitral, entró en el mismo para ofrecer sus disculpas».
A la espera de la decisión del Comité de Competición, Hugo Mallo, Sergio y Tucu Hernández, que vio este sábado la quinta amarilla de la temporada, no podrán jugar el domingo que viene ante el Granada. Y es posible que los dos primeros se pierdan algún encuentro de Liga más.
Además, Munuera también señaló en el acta que uno de los ayudantes de Berizzo, el preparador físico Pablo Fernández, le dijo en el túnel de vestuarios «»es una vergüenza lo que habéis hecho», repitiéndolo en varias ocasiones, teniendo que ser sujetado por otros miembros del cuerpo técnico».
Como hemos dicho, Munuera es reincidente. Ya arbitró al Celta en la primera jornada, en el que era su primer partido en Primera División y sus fallos también fueron decisivos. A pesar de que el conjunto celeste no mereció la victoria ante el Leganés en este primer choque liguero, si no fuese por la mala actuación del debutante Munuera Montero podría haberla logrado. Y es que el árbitro se equivocó en las dos jugadas clave del partido. En el minuto 36, invalidó por fuera de juego una acción en la que Iago Aspas acabó colando el balón en la portería rival. El moañés se encontraba en posición legal en el momento en el que Orellana le dio el pase. Si hubiera dado validez al tanto, el partido posiblemente habría tenido un desenlace distinto.
Las equivocaciones de Munuera no se quedaron aquí. También falló en el tanto del Leganés, que debió ser anulado porque en esta jugada sí que había fuera de juego. El gol de Víctor Díaz, por tanto, no debería haber subido al marcador.