La postura más curiosa está siendo la del Partido Socialista, que este martes criticó al PP por no apoyar las intenciones del presidente céltico pero tampoco se ha posicionado a favor. Su portavoz, Carlos López Font, se ha limitado a censurar al principal partido de la oposición y no ha ofrecido su punto de vista al respecto.
El motivo esgrimido es que “este grupo político no ha recibido ninguna comunicación directa” de Mouriño y, cómo mínimo, esperará a que les llegue un escrito a su nombre para valorar la propuesta del mandatario celeste. Este lunes el propio alcalde había rechazado valorar el contenido del burofax enviado.
“Los escritos se dirigen a quien se dirigen. Podría enseñar muchos escritos dirigidos del Real Club Celta al alcalde, al concejal de Seguridad o al Partido Socialista. Cuando se proceda de la forma que se debe proceder y no en genérico a la Corporación, nos pronunciaremos”, señaló.
Marea pide recuperar el consenso
Por su parte, el grupo municipal de Marea de Vigo ha pedido que se recupere el consenso entre las distintas partes y que el Celta vuelva a ser integrado en la comisión de seguimiento de las obras de Balaídos porque “no se le está consultando nada”.
La formación tiene previsto pedir una reunión al club para conocer en detalle sus intenciones pero ha insistido en que su prioridad es que el equipo siga jugando en el actual estadio. “El Celta no necesita un estadio en propiedad; tiene una posición ventajosa en Vigo”, ha declarado el portavoz, Rubén Pérez.
Para Marea, la entidad que preside Carlos Mouriño debe continuar en Balaídos durante las próximas décadas mediante el pago de un canon que debería estar por encima de 800.000 euros.