El pitido final en Zorrilla supuso un duro golpe para el Celta. La quinta derrota consecutiva deja al equipo a merced de lo que haga el Rayo Vallecano en el último partido de la jornada y algunos jugadores dejaron patente su cabreo.
A la conclusión del encuentro, los futbolistas célticos se acercaron hasta la grada en la que se ubicaban los más de 1.000 aficionados del Celta que viajaron hasta Pucela este fin de semana.
Pero Maxi Gómez, uno de los jugadores que había disputado los 90 minutos, se marchó directamente a los vestuarios pese a la insistencia de varios compañeros. El portero Sergio Álvarez fue uno de los que se acercó al charrúa para que acudiese a la zona de la grada y saludase a los aficionados, aunque todo fue en vano.
El uruguayo, visiblemente enojado y quejoso, encaró el túnel pese a los agarrones de Sergio para evitarlo. El posible traspaso de Maxi a la Premier League se ha hecho público en los últimos días, pero el jugador insistió públicamente en que aguantaría al menos hasta el próximo mes de junio. Pese a contar con una ficha baja, su cláusula está tasada en 50 millones de euros y el club no está dispuesto a bajar de esa cantidad.
Hugo Mallo, capitán del equipo, también mostró su enfado al acabar el partido y lanzó una seria advertencia a todos aquellos jugadores que no estén comprometidos.
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