Además, en la comparecencia que realizó el alcalde, Abel Caballero, en el propio estadio, se reveló que la intención del Ayuntamiento es empezar tirando primero la grada de Gol para luego continuar con Marcador.
“Hay que estudiarlo y verlo, también hay que hablar con el Celta. Pero nuestra intención es empezar en Gol porque esta grada es la que da más cobertura contra la lluvia y el viento”, declaró el regidor vigués, que no quiso dar plazos sobre el inicio de la obra. “Las fechas las carga el diablo”, reconoció el alcalde, que hasta ahora no ha sido capaz de cumplir ni el plazo de finalización de las obras de Tribuna y de Río.
Eso sí, se comprometió públicamente a tener el estadio totalmente remodelado “en el próximo mandato”, es decir, antes de mayo de 2023. La fecha nuevamente se escapa considerablemente a la ofrecida en 2014 cuando se supo que se acometería la reforma, cuyo final se pronosticó en un primer momento para 2017.
Caballero volvió a rehuir las preguntas acerca de las críticas del presidente del Celta, Carlos Mouriño, pero se atrevió a decir que el estudio económico sobre el valor de Balaídos continúa adelante y basándose en él se establecerá el acuerdo de concesión que se le trasladará al club. “Todo lo que dijimos sobre la concesión permanece en pie”, mantuvo el regidor. “Sigue en pie porque nada ha cambiado”, añadió.
Sin embargo, se negó a responder qué pasaría si el Celta rechaza su propuesta y declina pagar un canon, que previsiblemente se acercará a los 900.000 euros anuales. “Yo no hablo de otras partes”, se limitó a declarar.