El Celta abrió este miércoles las puertas a representantes de las peñas para que comprobaran en sus carnes cómo había quedado la obra. Y algunos de ellos se mostraron muy contrariados en las redes sociales. Pocos minutos después el Concello de Vigo, responsable de la actuación junto a la Deputación de Pontevedra, enviaba a los medios un escrito –por lo general, el alcalde se niega a hacer declaraciones de forma personal al respecto- en el que acusaba a la entidad que preside Carlos Mouriño de mostrar una actitud “claramente obstruccionista”.
Según asegura el Ayuntamiento, la administración local se puso en contacto con el director general, Antonio Chaves, y con el director de Instalaciones, Julio J. Vargas, para consensuar el “replanteo” y la “numeración” de los asientos antes de comenzar los trabajos. Ante la falta de respuesta se efectuó un segundo intento para convocar una reunión para ello, poniendo énfasis en las particulares circunstancias de la fila 25, que impide la visión del terreno de juego a personas con movilidad reducida.
Sin embargo, “a la vista de la nula colaboración” del club, el Concello inició el cambio de las localidades “con conocimiento y seguimiento del personal” del Celta y al sentirse “obligado” a cumplir con los trámites legales de una obra pública.
? Representantes de las Peñas celestes han podido comprobar hoy la situación en la que se encuentra la grada. pic.twitter.com/7lvVl0u1jD
— RC Celta (@RCCelta) July 24, 2019
Además, ante las críticas recibidas, el Ayuntamiento defiende que la distancia horizontal “depende de la geometría de la grada”, por lo que se siguió el modelo implantado en Río Alto. A pesar de que las quejas fueron manifiestas en su día, la administración local asegura que no recibió “ningún retorno negativo” por parte del club vigués.
No obstante, el Concello también ha precisado que la obra aún no ha terminado al cien por cien, ya que técnicos municipales han constatado “deficiencias” en la distancia horizontal de 338 de las 5.800 butacas instaladas. Asimismo, incide en que los asientos están colocados sobre unos soportes metálicos que facilitan su redistribución en caso de ser necesario.
Respuesta del Celta
La reacción del club no se hizo esperar. Poco más de una hora después colgó un comunicado en su página web donde manifestaba su “incredulidad” por la forma en la que el Concello de Vigo “quiere eludir su total y absoluta responsabilidad en la incalificable reforma que ha realizado de la grada de Río Bajo”.
Según sostiene, la actuación ha dado como resultado una disposición de los asientos “inadmisible por el perjuicio que causa a abonados y aficionados”. El club alega además que se mantiene “completamente al margen” de la reforma del estadio tras “comprobar y sufrir el incumplimiento sistemático de fechas y proyectos”.
La sociedad deportiva, que ha exigido que se subsanen las “deficiencias detectadas”, ha tildado de “inadmisible” que se le intente culpar de esta “desastrosa” intervención en Río Bajo. “El Celta lleva varios años al margen de estas actuaciones, por lo que es intolerable querer achacar al club su propia incapacidad”, explica en el comunicado.
Por todo ello, la entidad presidida por Carlos Mouriño ha mostrado su “profunda preocupación e indignación por la disposición, el diseño y el tamaño de los asientos”, que a su juicio afectan “de manera grave” a la comodidad de abonados y aficionados.
El jefe de obra/arquitecto de la @gradaderio es un Oompa Loompa. pic.twitter.com/t5Rm6o5iJn
— Alejo Rodríguez (@AlejoRdguez) July 24, 2019
Imágenes
El Celta, que ha colgado varias fotos en su página web para enseñar la distribución de las localidades, asegura haber constatado que, entre otras deficiencias, el espacio entre las filas de los asientos instalados por el Concello “es total y absolutamente insuficiente”.
Además, denuncia que nuevamente, al igual que sucedió en Río Alto, se ha reducido el número de asientos y cambiado su disposición, lo que obliga a la reubicación de una gran cantidad de abonados, muchos de ellos con una gran antigüedad. Este extremo fue admitido en mayo por el propio Abel Caballero, que de hecho acabó posponiendo la sustitución de las butacas al final de la temporada para no causar perjuicio a los espectadores.
“El club desea que, por el bien de los abonados y aficionados celestes, los responsables de esta lamentable actuación rectifiquen y ofrezcan soluciones. En caso contrario, el Celta informará puntualmente sobre las medidas a adoptar, salvaguardando siempre los intereses de los abonados y aficionados”, finaliza el comunicado.
Así voy a ver el fútbol este año en mi nuevo asiento de Río Bajo. Ya puedo coger confianza de delante y los lados. El que llegue primero mete la pierna. pic.twitter.com/5BEEYb9Nut
— Alberto Baquero (@Alberto_Baquero) July 24, 2019