Se quedan así fuera las propuestas de Salvador Fraga-G.Quijada-Portolés SLP y de Alfonso Penela, que había diseñado la nueva sede de la calle Príncipe. La entidad que preside Carlos Mouriño tenía previsto anunciar su elección a finales del mes pasado pero finalmente ésta se ha demorado ligeramente. A partir de ahora, el club comenzará a marcar los pasos a seguir a este estudio para que haga realidad su nueva ciudad deportiva en Mos, que se irá construyendo en fases.
Entre las exigencias planteadas por el Celta se encuentra la instalación de diez campos de fútbol -cuatro de ellos de entrenamiento con hierba natural y con la posibilidad de que alguno sea cubierto-, un mini estadio para el Celta B, una zona de tecnificación, una zona de calentamiento cerrada, gradas en todos o la mayoría de los campos, vestuarios, almacenes, zona de spa con piscina y tratamientos de agua, lavandería industrial, sala de prensa, estudio de televisión para Celta Media, residencia para jugadores de categorías inferiores, tienda oficial, cafetería, universidad del deporte, lugares para formación interna, dos gimnasios, despachos, sala de juntas, comedores, reserva de 1.000 metros cuadrados para un posible centro de negocios y aparcamiento.
Además, la entidad celeste puso sobre la mesa varios requerimientos “muy importantes” como la sostenibilidad ambiental, la eficiencia energética, la integración paisajística, el respeto a la captación de agua, el encaje en el plan de urbanismo de Mos y la flexibilidad a los cambios que se puedan necesitar en el futuro.
Está previsto que las máquinas estén trabajando sobre los terrenos a partir de junio y que el primer equipo empiece a entrenar en sus nuevas instalaciones a principios de 2019.