Tres de ellos llegaron sin ir más lejos este domingo en Mestalla. Guidetti batía a Ryan en el octogésimo minuto del choque. Poco después, en el 84, Hugo Mallo apuntillaba la victoria. De hecho, los goles conseguidos en este tramo final siempre han servido para ganar, nunca para empatar.
Nolito lo sabe bien. El andaluz marcó el tanto del triunfo contra el Sporting en el minuto 82, de una manera que difícilmente olvidará. Además, infligió al Villarreal su única derrota en El Madrigal hasta hace un par de jornadas, cuando anotó el 1-2 en el 89’.
En ese mismo minuto llegó el zambombazo del ‘Tucu’ Hernández en Anoeta, que levantó a todos los celtistas de sus asientos y ponía fin a 16 años sin ganar en San Sebastián. También respiró la afición de Balaídos con el gol de Orellana en el minuto 83 ante el Levante. Era el 4-2, pero al final resultó imprescindible para que el equipo pudiera sumar los tres puntos, ya que Morales hizo el 4-3 poco después.
Quince puntos, en definitiva, que suponen casi un tercio del bagaje actual del Celta en la clasificación -48 puntos-. En el fondo valen lo mismo que los puntos sumados gracias a los goles marcados en los primeros 80 minutos de juego, pero estos sin duda tienen un sabor especial.