La vida del Celta con Escribá pinta a bastos. Una nueva derrota, y ya son demasiadas, podría ser el detonante del despido. Esta vez fue ante la Real Sociedad. El equipo vigués mantuvo el tipo ante un gran conjunto vasco, pero falló otra vez en los metros finales y acabó cayendo por una expulsión que Pape debería haber evitado.
Le sigue faltando dinamita al Celta. Este domingo falló Mina las opciones más claras, pero el bloque volvió a demostrar que le falta intensidad y claridad de ideas para sacar los partidos adelante.
El técnico celeste optó por dar entrada a Pape en lugar de Okay y Brais ocupó el sitio de Rafinha en el once, con lo que el equipo vigués formó de salida con siete canteranos, seis de ellos gallegos.
La lucha por el balón fue encarnizada durante toda la primera parte. Los dos quisieron sacar el esférico desde atrás y ambos apretaron al rival en cada jugada. Combinó bien el Celta con sus laterales, Olaza y Mallo, llegando hasta el pico del área.
Por su parte, la Real Sociedad también amenazó y se acercó, pero el peligro real apareció en la cabeza de Santi Mina, que mandó una al palo y falló otra, incomprensiblemente, cuando estaba solo para mandar el balón a la red.
Fue un choque con fútbol de toque, pero también de contacto. Muchas faltas y mucho juego parado a lo largo de un partido en el que ambos conjuntos demostraron que cuentan con plantillas excelentes para ocupar puestos altos de la tabla.
El Celta perdió de camino a Araújo, la pareja perfecta hasta ahora de Aidoo, que se ha convertido en un auténtico baluarte defensivo al que este domingo le tocó sufrir a William José. Y casi de inmediato llegó la torpeza de Pape, que con una primera tarjeta amarilla muy rigurosa arriesgó demasiado y se fue a la calle.
La expulsión destrozó la expectativas de los vigueses, que se vieron obligados a agazaparse y esperar una genialidad de Aspas. Escribá sacrificó a Denis para dar entrada a Beltrán, al que ya tenía listo para salir, probablemente por el expulsado Pape.
La supuesta avalancha donostiarra no llegó, más bien al contrario. Los vascos se dedicaron a tocar y tocar hasta que el sueco Isak cazó un balón entre líneas al borde del área para romper el marcador en el único lance de todo el partido en el que Aidoo llegó tarde.
El partido se acabó ahí. Entró Gabriel Fernández en busca del milagro, pero ni siquiera tuvo la oportunidad para acercarse. Ahora, el balón está en el tejado de Carlos Mouriño, que deberá decidir si mantiene a su entrenador en una semana muy complicada, con una visita al Benito Villamarín y la visita del Getafe el próximo domingo.
Celta: Celta: Rubén; Hugo Mallo, Aidoo, Araújo (min. 59, Jorge Sáenz), Olaza; Lobotka (min. 84, Gabriel Fernández), Pape Cheik, Denis Suárez (min.68, Beltrán), Brais Méndez; Aspas y Mina.
Real Sociedad: Remiro; Zaldua, Monreal, Llorente, Le Normand; Oyarzábal (min. 86, Sangalli), Zubeldia, Merino, Odegaard; William José (min. 74, Isak) y Portu (min. 90+, Barrenetxea).
Gol: 0-1, min. 82: Isak.
Árbitro: Pizarro Gómez (Comité Castilla-La Mancha). Mostró cartulinas amarillas a Mallo, Zubeldia, Aspas, Oyarzábal y Jorge Sáenz. Expulsó a Pape por dos amarillas.
Incidencias: Partido correspondiente a la 11ª jornada de La Liga disputado en el estadio de Balaídos ante 18.000 espectadores.