Según datos de La Liga, conocidos este jueves, el incremento será concretamente del 25 por ciento, al pasar de los 40,9 millones de la campaña 2017-18 a los 50,9 millones de la 2018-19.
A pesar de ese aumento, la entidad que preside Carlos Mouriño baja de la duodécima posición en el conjunto de la Primera División a la decimotercera, perdiendo así un puesto. El club vigués está por debajo de los grandes transatlánticos –el Barcelona, primero de esta lista destina 633 millones– pero también de otros clubes ‘a priori’ más modestos como el Leganés, cuyo límite salarial asciende a 52,9 millones.
Sólo Alavés, Getafe, Eibar, Rayo Vallecano, Girona, Huesca y Valladolid están por detrás del Celta, que en cualquier caso ha dejado muy lejos los 22,6 millones de la temporada 2015-16.
El concepto de límite salarial
El límite de coste de plantilla es el importe máximo que cada club puede consumir durante la temporada, y que incluye el gasto en jugadores, primer entrenador, segundo entrenador y preparador físico del primer equipo. Este límite incluye además el gasto en filiales, cantera y otras secciones.
Los conceptos que se incluyen en el límite de coste de plantilla deportiva inscribible y no inscribible son: salarios fijos y variables, seguridad social, primas colectivas, gastos de adquisición (incluidas comisiones para agentes) y amortizaciones (importe de compra de los jugadores imputado anualmente en función del número de años de contrato del jugador).
Cada club propone a La Liga su límite de coste de la plantilla, en cumplimiento de las normas de elaboración de presupuestos de clubes y este organismo lo aprueba, lo rectifica o lo rechaza con el propósito de garantizar la estabilidad financiera de los equipos.
La solicitud que tramita un club no siempre corresponde con su límite máximo. Una entidad puede solicitar el tope que estime oportuno. Al mismo tiempo, hay que aclarar que la solicitud del límite no implica que vaya a ser consumido en su totalidad.