Así, la entidad que preside Carlos Mouriño tendrá que seguir buscando otras opciones que satisfagan sus intereses mientras continúa apretando para traer al central holandés Jairo Riedewald. Las diferencias entre el Celta y el Crystal Palace, propietario de los derechos federativos del defensa, se basan en la opción de compra que acompañaría la operación.
Importes aparte, el conjunto inglés desea imponer la obligación de adquirir al futbolista en propiedad una vez que concluya la cesión, algo que no gusta en Vigo. Ambas partes tratan de salvar esas diferencias, dado que los británicos quieren deshacerse de un hombre que apenas cuenta para su entrenador y los célticos necesitan imperiosamente reforzar su zaga.
En el capítulo de salidas, se sigue buscando destino a Roncaglia, Mazán y Radoja, aunque de momento no han llegado las ofertas satisfactorias.