La fuerte tromba de agua caída a las 4 de la tarde afectó al entorno del estadio de Balaídos. El aguacero coincidió con el momento más crítico de la tarde, el de la pleamar, y algunas alcantarillas comenzaron a rebosar.
El Lagares respetó por la mañana el estadio y sus aledaños. El encuentro ante el Atlético, amenazado de suspensión tras las inundaciones del pasado viernes, parecía no correr peligro de disputarse, pero las previsiones que apuntaban a que por la tarde el cielo volvería a descargar agua acertaron. Sobre las 4 de la tarde la lluvia cayó con fuerza sobre Vigo y la zona de Balaídos comenzó a inundarse. Recordemos que la pleamar se produjo a las 16:12. A las 16:30 la lluvia dio una tregua, pero esta volvió a caer con intensidad poco después.
La Policía Local espera que la situación continúe controlada a pesar de las fuertes lluvias. «Por ahora está aguantando, estamos en el momento más crítico por la marea alta», aseguran desde el cuerpo a las 16:45.
La Radio Galega informó a las 17:00 de que el presidente del Celta, Carlos Mouriño, había confirmado que «salvo sorpresa mayúscula» se disputará el partido ante el Atlético de Madrid. A las 17:30 la lluvia volvió a caer con intensidad y se espera que los chubascos sean aún más copiosos. La Policía trabajaba en Balaídos a las 17:45 para evitar que se desborden las alcantarillas. El carril más próximo a las taquilla está inundado.
El equipo arbitral, con De Burgos Bengoetxea a la cabeza, visitó esta mañana el estadio de Balaídos para conocer su estado. Esta tarde, a las 18:30, el árbitro se disponía a inspeccionar de nuevo el estadio. Suya será la decisión final.