En apenas un minuto la tormenta Guidetti se desata. Dispara a bocajarro, repele Moyá y el rebote lo devuelve para que el Tucu marque a puerta vacía. ¡Anulado! Al línier no se le escapa, agudiza la vista y señala córner. El balón había salido por la línea de fondo.
En el saque de esquina, el delantero nórdico sigue peleando. Rechaza el Atlético, pero él baja para recuperar el balón. Allí tiene su premio, se gira, avanza cinco metros y desata su derecha sobre el esférico. ¡Gol, gol, gooooooool! El Calderón enmudece, atónito, y los seguidores del Celta entran en catársis. ¡Por toda la escuadra!
Fue el gol que decantó la eliminatoria y ya no será nunca olvidado. Guidetti, el joven que se crió en Kenia, ya está en el cuadro de honor de la afición celeste. Desde su llegada ha sido idolatrado, no por su goles, que tardaron en llegar, pero su presencia en las redes sociales -con la inestimable colaboración de su pareja- es tan seguida por los celtistas como sus pasos sobre el campo.
Le costó entrar en el equipo y tan solo disfrutó de esos “minutos de la basura” que Berizzo le concedía con confianza ciega. No fue hasta la baja de Nolito por lesión cuando encontró su hueco y en poco más de un mes ha demostrado que no solo tiene olfato de gol sino que también tiene golazos. Como este:
GOLAZOOOOOOOOO!!!! De Jooooohhhnnn Guidettiiiiiiiii!!! #guidetti #crack I ?? #Sweden pic.twitter.com/DXt9RBJFO1
— RC Celta – Campeche (@CeltaCampeche) enero 27, 2016