La cantidad es inferior a la que en su día ponían sobre la mesa los inversores chinos que intentaron comprar la entidad. En febrero de 2017 Mouriño aseguró que había rechazado una oferta de 93 millones de euros por el 66 por ciento de las acciones, lo que disparaba el valor de la sociedad hasta los 141 millones.
Sin embargo, ahora que la situación económica es todavía mejor, el valor que le otorga el presidente es casi de la mitad. Eso a pesar de que el club presentó este martes unos números envidiables. Con una deuda anecdótica, un presupuesto de 71 millones y superávit cada año el Celta parece un caramelo para cualquier inversor.
Además, la Junta de Accionistas de este martes destacó por la presentación de un patrimonio de 70 millones de euros, un hecho histórico. Precisamente Mouriño siempre estuvo obsesionado por dotar de bienes a una empresa que ya tiene su propia sede, construye su ciudad deportiva y quién sabe si próximamente también tendrá un estadio en propiedad.