La constructora rescindió unilateralmente el contrato porque las modificaciones han sido múltiples y sustanciales a lo largo de los últimos meses. A pesar de que solicitó a la entidad celeste que se ajustara al contrato inicial, el Celta hizo caso omiso de estas peticiones, por lo que la compañía, que alega pérdidas económicas, rescindió la vinculación contractual entre ambas partes.
Fuentes de Civis Global afirman que los cambios comenzaron pronto. Entre otras cosas, la cúpula se hizo dos veces más grande de lo previsto. Además, se cambiaron sótanos, escaleras y hasta la pintura a pesar de que no estaban contemplados trabajos bajo la superficie, informa Atlántico.
Finalmente, ante la falta de acuerdo, la empresa envió un escrito al club el pasado viernes rescindiendo el contrato. Con todo, el rotativo vigués recoge que la empresa se siente muy orgullosa de la obra y le gustaría terminarla.
El contrato se firmó en mayo de 2016 por un total de 3,6 millones y tenía que estar terminado, según ese primer diseño, en diciembre de 2016. No obstante, los plazos han ido variando progresivamente y a día de hoy no está claro cuándo terminará la obra.
Se da la circunstancia de que Carlos Mouriño amenazó con construir un estadio nuevo fuera de Vigo basándose en los cambios que había sufrido el proyecto de reforma de Balaídos.