Berizzo utilizó a todos sus jugadores disponibles en este partido (se lo perdieron los 7 internacionales que se encuentran con sus respectivas selecciones y el lesionado Andreu Fontás). En él, Augusto se empeñó en llevarle la contraria a los doctores, que habían pronosticado que estaría tres semanas de baja tras su intervención. El capitán ya expresó su deseo de regresar a los terrenos de juego en el partido del domingo 18 ante el Villarreal y parece que va por buen camino para que esto suceda. Augusto incluso jugó durante algunos minutos de la segunda parte (el partidillo se dividió en dos mitades de poco más de media hora cada una) en el puesto de central formando pareja con su compatriota Gustavo Cabral.
Augusto se lesionó en el partido ante el Barça en un lance con Andrés Iniesta. Aun así, finalizó ese encuentro y jugó tres días después ante el Eibar. El martes de la pasada semana pasó por el quirófano y se perdió el choque ante el Getafe del pasado viernes.
Por otro lado, uno de los jugadores más destacados del partidillo fue Dejan Drazic. El serbio, que solo ha jugado unos minutos en Liga, fue el asistente en los dos primeros goles del primer equipo, obra de Iago Aspas y Sergi Gómez. El tercero lo marcó Josep Señé, otro futbolista que intentó utlizar este partido para reivindicarse. Los goleadores del filial fueron el mexicano Javi Que (marcó su tanto en los primeros minutos del encuentro al aprovecharse de un error de Sergio) y Berto Castiñeira, autor de un doblete. En ambos goles la participación de Borja Iglesias, el mejor del Celta B, fue crucial.
Por su parte, Pape Cheikh disputó el encuentro con el primer equipo. Uno de los detalles curiosos del partidillo es que ejerció de árbitro uno de los miembros del cuerpo técnico, el exguardameta Roberto Bonano. Eduardo Berizzo también siguió las evoluciones de sus hombres desde el terreno de juego, mezclándose con los futbolistas de uno y otro equipo.