Primero sufriendo la victoria momentánea del cuadro local, luego respirando aliviados con el empate del Levante y finalmente celebrando el triunfo granota. Futbolistas suplentes como David Costas o Sergio se mantenían informados. Y acabaron avisando a sus compañeros en el césped de cómo estaban las cosas.
La afición presente en Bilbao, disgustada por lo que veía sobre el campo, se consoló con lo que sucedía en otros estadios. Y también terminó festejando la derrota del Girona, que deja al Celta con pie y medio en Primera División. Las imágenes hablan por sí solas.