Debido a que el Barcelona y el Sevilla jugarán la final de la Copa y todo hace indicar que ambos equipos terminarán la temporada en puestos europeos en Liga, la plaza continental reservada para el vencedor del torneo del KO se la llevará el séptimo en Liga. Pero no es ni mucho menos un premio similar al que obtendrán el sexto y el quinto.
La UEFA dio a conocer esta semana el nuevo sistema de la Liga Europa para la temporada 2018/19 y presenta novedades. Se clasificarán directamente para la fase de grupos los dos mejores clasificados de España, Alemania, Inglaterra, Italia y Francia y los mejores clasificados de Rusia, Portugal, Ucrania, Bélgica, Turquía, República Checa y Suiza, además de diez equipos eliminados de las rondas de clasificación de la Liga de Campeones.
Por su parte, el tercero en discordia en España, el séptimo clasificado en Liga, tendrá que recorrer un camino muy largo para llegar a la fase de grupos. Entrará en competición en la segunda ronda de clasificación junto a otros 73 equipos. Esta eliminatoria se disputará el 26 de julio y el 2 de agosto. De superarla, aún debería disputar dos eliminatorias previas más: la tercera ronda de clasificación -9 y 16 de agosto- y la ronda ‘play-off’ -23 y 30 de agosto-, en la que se jugarán 13 plazas para la fase de grupos, que comenzará el 20 de septiembre.
Por tanto, si el Celta acaba séptimo, su pretemporada estará condicionada. Deberá volver al trabajo mucho antes de lo habitual y no podrá contar en las primeras rondas previas con los jugadores que acudan al Mundial -como parece que va a ser el caso de Iago Aspas-, ya que este concluye el 15 de julio, once días antes del que sería el primer partido oficial de la temporada.
Por tanto, el Celta no puede renunciar a la lucha por la sexta y la quinta plaza, que le permitiría tener un verano tranquilo. Quinto ahora es el Sevilla, con siete puntos más que los de Unzué. El Villarreal marcha sexto con un punto menos que los andaluces.