Si te has perdido los últimos meses de actualidad comiquera en España, te encontrarás de repente con un montón de cómics DC de épocas muy distintas. La adquisición por parte de Panini de los derechos de edición del catálogo DC ha supuesto un formidable desembarco en muy poco tiempo, con una calidad excelente y un esmero digno de elogio. La inclusión de artículos sirve para que los lectores nuevos puedan situarse, no solo en la actualidad de cada héroe y villano, sino también en su historia más remota.
En octubre se cumplen seis meses del inicio de las publicaciones DC de Panini, pero ¿realmente ha merecido la pena?
Por un lado, han aparecido en el mercado español unas cuantas colecciones pertenecientes a la plena actualidad de DC, que llevan el sello All–In y que incluyen, entre otras, a Superman, Action Comics, Detective Comics, Nightwing, Catwoman, Batgirl, Wonder Woman, Justice League, JSA, Green Lantern, Green Arrow, Aquaman, los Nuevos Dioses o los Investigadores de lo Desconocido.
Al mismo tiempo, han llegado las series del universo Absolute, que transcurren de forma paralela en una realidad alternativa: Superman, Batman, Wonder Woman, Flash, Green Lantern y Martian Manhunter.
El salto entre lo último que publicó ECC y estas nuevas colecciones se salva con el sello DC Premiere, que hasta ahora ha publicado Superman, Batman, Nightwing, Power Girl, Green Lantern, World´s Finest o Hiedra Venenosa.
Después están las bibliotecas de clásicos, donde ya hemos podido ver el inicio de la etapa de John Byrne en el Superman post–Crisis, la de Geoff Johns en Green Lantern y los primeros episodios de la mítica Hellblazer. Estas cabeceras se prevé que se podrán prolongar a largo plazo para albergar todos esos recorridos editoriales, a diferencia de Archivos DC, que publican series limitadas como Camelot 3000, Watchmen o Crisis en Tierras Infinitas.
El sello DC Must–Have se reserva para obras concretas de corto recorrido, como Batman: Luz de gas, All–Star Superman o JLA: Crisis de identidad.
DC Compact sirve a esta misma función, pero con un tamaño reducido y obras como Batman: Ego, Superman: Las cuatro estaciones o JLA: El clavo.
También en pequeño están apareciendo Las aventuras de Batman y Las aventuras de Superman, cómics provenientes de las series de televisión de Bruce Timm de los años 90.




DC Finest alberga tomos de unas 600 páginas que incluyen épocas concretas, como Legión de Superhéroes: ¡Destruir a la Legión! o Batman: Año Uno y Dos.
DC Black Label lleva tapa dura y se reserva para colecciones como Zatanna: Abajo la sala o Batman: Ciudad de locura.
Y además está DC Young Adults, con Superman contra el Klan, Barda o Lois Lane: Una chica de acero; y el tamaño gigante, para obras realmente especiales que obtienen así una espectacularidad añadida, como Superman vs Flash, Batman: La saga de R´as al Ghul o Superman vs Wonder Woman.
Como se puede ver, una auténtica locura, una inundación de títulos que vienen en formatos y épocas de toda clase, con el fin de llegar a todo tipo de lectores. Un desembarco como no se veía desde la época de Ediciones Zinco, y que presenta un nivel de calidad apabullante al que no es fácil ponerle pegas. Y aún llegan ahora los crossovers DC–Marvel, Batman: Hush II o el Animal Man de Grant Morrison.
Desde luego, vivimos una gran época para los cómics DC en España. El único problema es cómo se las van a arreglar los libreros para ordenar tantas novedades maravillosas.
















