Ha saltado la noticia esta semana del fallecimiento, a los 63 años, de Jackson Butch Guice, uno de los dibujantes más conocidos y reputados del cómic americano, al que han rendido homenaje los principales autores y medios del sector.
Guice nació en Chattanooga, Tennessee, y creció admirando el trabajo del animador Ray Harryhausen, al que siempre consideró una de sus referencias. Sus primeros trabajos profesionales fueron el Anual 1 de Rom y el número 48 de Micronauts, ambos para Marvel en 1982. A partir de ahí comenzó una exitosa carrera artística de 38 años de duración que terminó en 2020 debido a graves problemas de salud.
Sus trabajos incluyen The Oficial Handbook of the Marvel Universe, la adaptación al cómic de Indiana Jones y el templo maldito, X–Factor —con el debut del villano Apocalipsis, del que fue creador junto a Louis Simonson—, New Mutants, la etapa post–Crisis de Flash junto a Mike Baron —las primeras aventuras de Wally West con el traje rojo—, Iron Man, Doctor Strange, Nick Fury, Agent of SHIELD, Action Comics —en la legendaria etapa de la muerte de Superman y hasta el formidable Action Comics 700—, DC/Marvel: All Access —el gran crossover entre los dos universos superheroicos más importantes de la historia—, Birds of Prey, Ruse, JLA Classified, Aquaman: Sword of Atlantis, Captain America —la época de Ed Brubaker, que redefinió por completo al personaje y creó algunos otros tan influyentes como el Soldado de Invierno, del que también dibujó una serie propia—, The Invaders y su último cómic, The Futurists, en 2020.
Guice ha sido, durante cuatro décadas, uno de los grandes nombres del cómic de superhéroes, un autor de enorme prestigio, trabajos sólidos y gran influencia en el arte. Ha contribuido a algunas de las etapas más significativas del medio, como la muerte de Superman o la del Capitán América, y ha dejado tras de sí un legado de solvencia, profesionalidad y compañerismo por el que hoy se le recuerda de manera muy especial.
Su muerte, tan prematura, ha provocado una tristeza enorme a profesionales y lectores de cómics, que hoy lloran su pérdida y el vacío que deja en un mercado que supo recorrer como los más grandes: con responsabilidad, buenas maneras y trabajo honesto.
Descanse en paz.