Es la hora de los aficionados. Pululan por la zona jóvenes dispuestos a probar pistas como las de skate o del BMX, las que más llaman la atención de los aficionados. La de primera de ellas acogerá por tercer año consecutivo la World Cup Skateboarding. También será sede de copa del mundo el Mini Ramp de skate. Y completan las copas mundiales los espectaculares saltos del FMB Dirt Jump, el campeonato de mountain bike que es prueba Silver Event del FMB World Tour.
Por la tarde se irán sumando nuevas modalidades como el break dance, el motocross, el flat land y el graffiti. Entre el sábado y el domingo se incorporarán la competición de embarcaciones de alta velocidad, que planearán sobre la ría viguesa, y el vertiginoso descenso del empinado casco vello en mountain bike.
La zona del evento, más grande este año que nunca, hasta alcanzar los 150.000 metros cuadrados, se ha ido llenando de gente a lo largo de la mañana, a la espera de que este fin de semana se vayan incorporando los profesionales y lleguen los saltos y los trucos más espectaculares.
Sin plazas hoteleras
Más que nunca, el efecto de O Marisquiño ha llegado al sector turístico. Desde hace semanas no quedan camas en los hoteles de Vigo y alrededores para estas fechas, y es imposible conseguir cama a través de ninguna plataforma en plataformas como Airbnb o Booking a menos de 30 kilómetros de la ciudad, salvo las que se deben a cancelaciones de última hora.
La asistencia al festival también afecta a las comunicaciones. No quedan billetes para asistir desde Madrid a Vigo en tren, y para hacerlo en avión desde la capital o Barcelona es necesario pagar precios de hasta 550 euros.