En el Casco Vello de la ciudad, está a punto de abrir Dolores Ribaldo, un proyecto que trasciende la idea de una librería para convertirse en un refugio cultural vivo, un espacio de diálogo, aprendizaje y creación. Impulsado por Nadia y Paloma, esta iniciativa surge como respuesta a la centralización cultural en las grandes ciudades y la precarización laboral, materializándose a través de una campaña de crowdfunding que busca financiar su apertura antes de diciembre. “Dolores Ribaldo no es solo una librería; es un acto de justicia social, un lugar donde la cultura deja de ser un privilegio para convertirse en un derecho”, afirma Nadia, destacando cómo este proyecto aspira a tejer nuevas vías culturales en una ciudad que, a menudo, se siente marginada por el circuito normativo. En un momento del año en el que Vigo brilla con lz propia, Dolores Ribaldo se posiciona como un faro para la juventud y la comunidad, invitando a imaginar un futuro donde la cultura sea accesible y transformadora.
Un proyecto que emerge de la precariedad y la creatividad
Dolores Ribaldo nace de la experiencia de Nadia y Paloma, dos guionistas que se conocieron en Madrid y que tras años de trabajar en empleos precarios, desde limpiar suelos hasta servir mesas en restaurantes de lujo. “Hemos limpiado culos y suelos, discutido con clientes por un Monopoly en mal estado. Todos esos trabajos tenían algo en común: un salario para malvivir y la persistente idea de que, algún día, podríamos salir de la rueda del hámster”, explica Paloma, reflejando una realidad que muchas jóvenes comparten. Ambas, cansadas de esa precariedad, decidieron regresar a casa, donde la falta de tejido cultural se convirtió en un desafío, pero también en una oportunidad. “Volver a casa se transforma en un laberinto donde es realmente complejo encontrar algo que salga del circuito más normativo”, añade Paloma, celebrando cómo Dolores Ribaldo emerge como una alternativa para romper con lo establecido.
La idea de esta librería surge como respuesta a la centralización cultural en las grandes urbes, un fenómeno que ambas vivieron durante los seis años que residieron en Madrid. “Todo parece girar alrededor de un núcleo, y las pequeñas ciudades quedaban relegadas”, recuerda Nadia, quien llega a Vigo desde Valencia con la convicción de que “en las periferias también se puede crear”. Dolores Ribaldo, por tanto, no solo es un espacio físico; es un gesto de resistencia, un lugar donde la cultura se democratiza y se pone al alcance de todos. “Queríamos que fuese un refugio, un patio cultural donde dialogar, imaginar y compartir”, asegura Nadia, destacando cómo este proyecto encarna sus ideales de libertad y comunidad.
Una mujer que, quizás, no exista pero que lo representa todo
El nombre Dolores Ribaldo, elegido tras largas deliberaciones, tiene una carga poética y simbólica. “Queríamos que nuestra librería tuviese nombre de mujer, como las grandes estaciones: María Zambrano, Manuela Malasaña o Clara Campoamor”, explica Paloma, recordando una tarde en la que jugaron a poner en común los nombres que rondaban sus cabezas. “Dolores tiene mucha sonoridad, mucha poética”, añade, subrayando cómo este nombre evoca una presencia que, aunque ficticia, encarna los valores del proyecto. “Dolores Ribaldo es una mujer que no existe en la vida real, pero queríamos que ella, nuestra mujer, representase nuestros ideales”, afirma Nadia, celebrando cómo este nombre se convierte en un símbolo de las luchas culturales y sociales que inspiran su trabajo.
Dolores Ribaldo no solo es un espacio para libros; es un lugar para cualquier persona de cualquier edad, un “espacio seguro para la creación y la cultura”, como lo define Nadia. Su misión es acercar la cultura de manera accesible, dando a conocer nombres que han estado ocultos y fomentando la circulación libre del conocimiento. “Creemos en el gesto humilde de pasar un libro de mano en mano”, explica Nadia, destacando cómo la librería acogerá encuentros con autoras y artistas, talleres, charlas y actividades abiertas que inviten a pensar juntas. “Es un acto de justicia social porque la cultura no puede estar solo al alcance de unos pocos”, añade, reflejando una visión que trasciende el comercio para convertirse en un movimiento cultural.
Un crowdfunding para hacer realidad el sueño
Para materializar Dolores Ribaldo, Nadia y Paloma han lanzado una campaña de crowdfunding a través de GoFundMe, buscando financiar las reformas, el alquiler, los seguros y las licencias necesarias para abrir antes de diciembre. “Nuestro salario no es suficiente, pero ponemos la mano de obra, el corazón y la promesa de que en Vigo sí hay cabida para un espacio como este”, asegura Paloma, invitando a la comunidad a sumarse a este proyecto. “Cualquier ayuda es bienvenida. Este espacio también será tuyo”, añade Nadia, destacando cómo el apoyo financiero no solo hará posible la librería, sino que la convertirá en un lugar compartido.
La campaña, que ha generado interés entre los vigueses y refleja una necesidad colectiva de espacios culturales alternativos. “En Vigo, los jóvenes no sabemos qué hacer; parece que tengamos que hacer lo de siempre o ir a un centro comercial. Nosotras decidimos tomar la justicia por nuestra mano y buscar una alternativa cultural y de ocio que, primero, nos llenase a nosotras y que creemos que puede llegar a más gente”, explica Paloma, celebrando cómo Dolores Ribaldo se convierte en un faro para la juventud y la comunidad.
Dolores Ribaldo no solo es un proyecto local; es un testimonio de cómo las pequeñas ciudades pueden reclaman su identidad cultural. “Queremos hacer barrio, organizar clubes de lectura y abrir las puertas a un lugar donde crear y tener libertad cultural”, asegura Nadia, destacando cómo este espacio será un punto de encuentro donde la imaginación y el diálogo florezcan.
Para Nadia y Paloma, Dolores Ribaldo es más que una librería, es un sueño que se materializa a través de la comunidad. “Creemos que en Vigo sí hay cabida para un espacio como este, y estamos dispuestas a demostrarlo”, concluye Paloma, invitando a los vigueses a ser partícipes de este capítulo. Con su campaña de crowdfunding, Dolores Ribaldo no solo busca financiación: busca aliados en una ciudad que, como ellas, anhela un futuro cultural más inclusivo y vibrante.






















