Las naves del Astillero San Enrique, perteneciente al grupo Marina Meridional, han vuelto a transformarse en un set cinematográfico, evocando un pasado reciente que forma parte de la historia del cine español. Más de dos décadas después de acoger el rodaje de la mítica Los lunes al sol de Fernando León de Aranoa, el astillero ha sido elegido nuevamente como escenario industrial, esta vez por el cineasta vigués Guillermo de Oliveira.
El director ha seleccionado las instalaciones para rodar secuencias de su próximo largometraje, un thriller de cine negro y policíaco con el título provisional A morte nos teus ollos, que se rueda durante estos meses en Vigo y su área metropolitana.
De la desesperación social al noir policiaco
El entorno del Astillero San Enrique posee una estética industrial y portuaria que le confiere un carácter cinematográfico inconfundible. Hace veinte años, sus muelles se convirtieron en un telón de fondo para la crítica social y la desesperación del desempleo en la galardonada Los lunes al sol. Ahora, el espacio servirá de atmósfera para un relato de género.
A morte nos teus ollos es una historia ambientada en los años noventa e inspirada libremente en hechos ocurridos en aquella época. La trama narra la vida de dos policías corruptos que se ven envueltos en una trampa sin retorno. El equipo de rodaje buscaba, para algunas de las secuencias clave, un entorno que capturara el carácter y la estética industrial de aquellos años, encontrando en las instalaciones del astillero el escenario idóneo y con un simbolismo añadido.

Un referente industrial y cultural para la ciudad
La grabación tuvo lugar el pasado 7 de noviembre, en un área debidamente acondicionada fuera de la zona de producción principal. Es fundamental destacar que la actividad industrial en el astillero, que actualmente construye proyectos para clientes como Bluenewables, Ferrovial y Dragados Offshore, no se vio afectada por el rodaje.

Desde el Astillero San Enrique han manifestado su orgullo por seguir formando parte del imaginario cinematográfico vigués, considerándose un referente tanto cultural como industrial para la ciudad. La elección de este espacio por parte de un director vigués como Guillermo de Oliveira subraya la riqueza de los escenarios de la urbe y la pervivencia de su legado industrial en la cultura contemporánea.






















