Coches arrastrados, árboles empotrados en viviendas y un panorama desolador. Ocurrió este viernes, alrededor de las once de la noche en San Esteban de Negros (Redondela). Las intensas lluvias registradas durante las últimas horas provocó un enorme corrimiento de tierras y una ladera de un monte se vino abajo sobre la carretera nacional N-555, en el tramo que une Redondela y Peinador.
Un auténtico río de piedras y árboles desprendidos se llevaron a su paso varios coches aparcados y fueron a impactar contra las viviendas situadas al borde de la calzada. Por fortuna, ninguna persona resultó herida y los vecinos se organizaron para retirar las piedras que formaban una balsa junto a las casas. «O ruido foi impresionante, parecía que se estrellara un avión», afirma un vecino consciente de que la zona está muy próxima a la cabecera de pista del aeropuerto de Peinador.
Agentes de la Guardia Civil de Tráfico y Policía Local de Redondela se desplazaron al lugar y señalizaron el corte de tráfico, cerrado en ambos sentidos de circulación. También trabajan en la zona efectivos de Conservación de Carreteras para intentar despejar la calzada, totalmente cubierta de piedras, fango y agua en un tramo de casi 500 metros.
«Isto era un regato e agora mira», apunta otro residente en la zona señalando al talud por el que baja una riada de agua. En el mismo tramo de la N-555, a la altura de Vilar de Infesta, se registró otro desprendimiento menor sobre la calzada.