Dos días después y, tras los trabajos realizados para dejar paso en la carretera, la zona muestra el tamaño del desprendimiento. En la zona más afectada, donde ahora corre un richuelo de agua, se desprendieron más de dos metros de altura de tierra con todo su material. Piedras, árboles y tierra marcharon ladera abajo donde se encontraron casas, caminos vecinales y vehículos aparcados.
Los restos llegaron a recorrer más de cien metros y en la principal zona afectada la imagen es significativa. Decenas de rocas, algunas de considerable tamaño y peso, un buen número de árboles y muros tumbados reposan en la calma. Lo que antes era una fuente o un pequeño regato es ahora un río que quedó al descubierto. En las casas de nota la altura a la que llegó la tierra y un coche perece prácticamente siniestro en el bajo de una de las casas de la zona. Fue el día que la tierra explotó en San Esteban y los daños dejaron imágenes de impresión.