Un incendio declarado esta mañana en el puerto de San Adrián de Cobres, en el municipio pontevedrés de Vilaboa, ha reducido a cenizas una motora de poliéster amarrada en el muelle. El suceso, alertado por particulares a las 11:10 horas ante el riesgo de propagación a otras embarcaciones cercanas, ha sido controlado por un amplio operativo sin que se registraran daños personales. Las causas permanecen bajo investigación, en un puerto pesquero que respira aliviado tras una intervención rápida.
El fuego amenazaba con extenderse
Varios particulares, testigos del humo que emanaba de la lancha, contactaron con el 112 sobre las 11:10 horas para advertir del peligro. La motora, de tamaño medio y dedicada posiblemente a labores recreativas o auxiliares en la ría de Vigo, ardía con intensidad, con llamas que amenazaban con saltar a las embarcaciones adyacentes en un muelle abarrotado. San Adrián de Cobres, un enclave tradicional de la flota mejillonera y pequeña pesca, es un punto neurálgico donde un conato de incendio puede derivar en un drama mayor, dada la proximidad de los atraques y el viento racheado de la mañana.
Un despliegue multidisciplinar
El operativo de extinción se activó con celeridad, con la presencia de la Policía Local de Vilaboa, la Policía Portuaria, la Guardia Civil, bomberos del Parque de Pontevedra y de Ribadumia, el 061 y personal de Medio Ambiente del Puerto de Vigo. Tras una hora de trabajo, el fuego quedó sofocado, aunque la motora quedó completamente destruida, convertida en una estructura de fibra y metal chamuscado. No se reportan heridos ni daños en el resto del puerto, y el tráfico marítimo se reanudó sin incidencias.
Causas por determinar
Las primeras hipótesis apuntan a un fallo mecánico o eléctrico, común en embarcaciones de poliéster expuestas al salitre y la humedad de la ría, pero las autoridades han iniciado una pesquisa para esclarecer los hechos. El Puerto de Vigo, gestor del enclave, ha activado protocolos de inspección para garantizar la seguridad en los atraques.
La noticia, aún en desarrollo, se ampliará conforme avancen las pesquisas. Por el momento, San Adrián de Cobres recupera la calma, con el olor a quemado disipándose sobre las aguas de la ría.