La localidad de O Porriño se encuentra conmocionada tras el hallazgo, este 1 de agosto, del cuerpo sin vida de una mujer de 53 años en un domicilio de la Avenida de Galicia. La Guardia Civil ha abierto una investigación para esclarecer las circunstancias de esta muerte, que presenta evidentes signos de violencia, según ha confirmado el subdelegado del Gobierno en Pontevedra, Abel Losada. Este suceso, que se produce apenas tres días después de otro crimen en la misma localidad, ha generado una honda preocupación en la comunidad.
Hallazgo en la Avenida de Galicia
El cuerpo de la mujer fue descubierto a las 11:15 horas de este viernes, cuando un particular alertó al 112 Galicia tras encontrar el cadáver en una vivienda de la Avenida de Galicia, una de las principales arterias de O Porriño. Según fuentes de la Guardia Civil, la víctima, de 53 años y natural de la zona del Val Miñor, presentaba claros signos de violencia, lo que apunta a un posible homicidio. «La Guardia Civil investiga la aparición del cadáver de una mujer en una vivienda de O Porriño. Se trata de una mujer que ejercía la prostitución y que fue hallada con signos de violencia, por lo que se baraja la posibilidad de una muerte violenta», explicó Abel Losada a los medios de comunicación.
El alcalde de O Porriño, Alejandro Lorenzo, precisó que fue la compañera de piso de la fallecida quien dio la alarma al llegar al domicilio, que ambas compartían en régimen de alquiler. La Guardia Civil, junto con agentes de criminalística, acordonó la zona para realizar una inspección exhaustiva del lugar y proceder al levantamiento del cadáver, que fue trasladado para una autopsia que determinará las causas exactas de la muerte. Por el momento, no se ha identificado a ningún sospechoso, y las autoridades mantienen abiertas todas las líneas de investigación.
Sin denuncias previas de violencia de género
Un aspecto clave del caso es que la víctima no figuraba en el sistema VioGén, la base de datos que registra casos de violencia de género, según confirmó Losada: «La víctima no tenía denuncias activas en el sistema VioGén. En este momento, la Guardia Civil mantiene abierta la investigación y no se descarta ninguna hipótesis». Esta ausencia de antecedentes complica la determinación del móvil, aunque las autoridades no descartan que pueda tratarse de un caso relacionado con la actividad profesional de la mujer, quien, según el subdelegado, ejercía la prostitución.
La investigación se encuentra en una fase inicial, con los agentes de la Guardia Civil recopilando pruebas en el lugar del crimen y entrevistando a posibles testigos. La autopsia, prevista para las próximas horas, será crucial para esclarecer si la muerte fue causada por un ataque directo y qué tipo de arma o método se empleó.
Un municipio golpeado por la violencia
El crimen ha generado una profunda consternación en O Porriño, especialmente porque se produce pocos días después de otro asesinato que sacudió a la localidad. El pasado 29 de julio, Teresa de Jesús González, una trabajadora del Servizo de Axuda no Fogar (SAF) de 48 años, fue asesinada en la parroquia de Atios por el marido de una usuaria a la que atendía. La víctima, natural de Mos pero residente en O Porriño, fue golpeada mortalmente con una herramienta contundente, presuntamente un hacha, por un hombre de 73 años que fue detenido y trasladado al Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo para una evaluación psiquiátrica.
Este caso previo desató una oleada de protestas, con concentraciones en O Porriño y otras localidades gallegas convocadas por los sindicatos, quienes denunciarón la falta de protocolos de seguridad en el SAF. La trabajadora había informado a su empresa de una situación de acoso en la vivienda donde ocurrió el crimen, pero fue instada a continuar con el servicio, lo que ha llevado a los sindicatos a exigir responsabilidades a la empresa concesionaria y a las administraciones. Este viernes, decenas de personas se concentraron en casi 50 municipios gallegos en repulsa por el asesinato de Teresa, con una movilización principal en O Porriño liderada por el secretario general de la CIG, Paulo Carril.
El nuevo caso en la Avenida de Galicia ha intensificado la sensación de inseguridad en O Porriño, un municipio de unos 20.000 habitantes que no está acostumbrado a una sucesión de hechos tan graves. El alcalde Alejandro Lorenzo expresó su pesar y aseguró que el Concello colaborará plenamente con las autoridades para esclarecer los hechos. La coincidencia de dos muertes violentas en menos de una semana ha llevado a la comunidad a exigir medidas urgentes para prevenir la violencia, especialmente contra mujeres en contextos laborales o vulnerables.
Organizaciones han vuelto a reclamar protocolos de seguridad más estrictos, no solo para las trabajadoras del SAF, sino también para otras profesiones de riesgo, como las relacionadas con el trabajo sexual. «La violencia contra las mujeres está normalizada en ciertos entornos laborales, y las administraciones deben actuar con contundencia», señaló un comunicado el sindicato CIG tras el primer crimen.