Un año de prisión, indemnización de 4.000 euros y pago de las costas judiciales. Esta es la condena impuesta por el magistrado del Juzgado de lo Penal número 1 de Pontevedra a un cura por los abusos sexuales cometidos en agosto de 2014 en la iglesia de San Campio de Figueiró. Según los hechos considerados probados en la sentencia emidida el pasado 6 de abril, el párroco «con ánimo de satisfacer sus deseos sexuales, abrazó a la feligresa, le introdujo las manos por debajo de la ropa y le tocó los pechos. Asimismo, le pedía que lo besara al tiempo que la agarraba y la besaba en el cuello diciéndole “Dios quiere que estés bien”.
El fallo judicial da por bueno el testimonio de la víctima y afirma que «se ha obtenido la impresión subjetiva de que la testigo estaba diciendo la verdad, sus declaraciones fueron claras, sin que se apreciara en ellas el menor intento de cálculo o preconcepto sobre qué podría ser más favorable o perjudicial a las tesis que sostenía».
También valora la sentencia que la víctima no llegó a denunciar los hechos sino que fue su médico quien lo puso en conocimiento del juzgado «como era su obligación» después de que la mujer, que tan solo se lo había contado a su marido, acudiese a la consulta para solicitar medicación porque no era capaz de conciliar el sueño.
El fiscal había solicitado un año y tres meses de prisión, mientras que la acusación particular elevó la petición de pena a un año y ocho meses, además de 15.000 euros de indemnización. Por su parte, la defensa del párroco pidió la libre absolución y el acusado negó los hechos.