Horas y horas de trabajo luchando contra fuegos que nunca antes habían visto. Las brigadas forestales se baten desde hace días en el frente de los incendios forestales que arrasan la provincia de Ourense. Su pelea extenuante se convierte en impotencia cuando observan el avance de las llamas.
La jornada del viernes fue de nuevo agotadora. Requeixo-Chandrexa de Queixa (más de 16.000 hectáreas afectadas), Maceda (Santiso y Castro de Escuadro, que también se unieron, con 2.500 ha), Oímbra-A Granxa (10.000) y A Mezquita-A Esculqueira (9.000 ha) se están llevando la peor parte, pero no son los únicos. Están activos también Agolada-O Sexo (Situación 2 y 300 ha), Toques (Situación 2 y 200 ha), Vilardevós-Vilar de Cervos (700 ha), Vilardevós-Moialde (100), Vilardevós-Fumaces y Trepa (50), Larouco-Seadur (1.500 ha) y Muxía-Nosa Señora da O (20ha).
En A Gudiña, uno de los puntos complicados, los brigadistas no tiene tregua. Un grupo de bomberos forestales intentó durante más de una hora evitar la progresión del fuego hacia unas naves. Plantaba, lo apagaban y así todo el tiempo hasta que el fuego venció. Rabia, dolor e impotencia. «Tiene que respirar, no podemos más».
También la Unidad Militar de Emergencias (UME) tiene a 1.300 militares en ataque directo contra doce incendios repartidos por toda España y a otros 2.100 en misiones de apoyo, que están utilizando un total de 440 medios.