Vecinos con cubos de agua, agentes de la Guardia Civil con ramas de árboles, ancianos pidiendo ayuda, madres desconsoladas… Es el panorama que se vive durante los últimos días en la provincia de Ourense.
Los incendios forestales que afectaron durante el mes de agosto al sur de la provincia de Pontevedra, especialmente Arbo, Soutomaior, Redondela y Cotobade, se intensifican los primeros días de septiembre en Ourense.
Dos zonas declaradas en «Situación 2» por la proximidad del fuego a las casas, Monterrei y Oímbra, y otra decena incendios de gran magnitud en toda la provincia. Ourense vive una auténtica pesadilla y los vecinos de los lugares más afectados salen a defender sus propiedades con todo lo que tienen a mano ante la falta de medios de extinción.
Según informó este miércoles la Consellería do Medio Rural, en Oímbra ya habían ardido 1.500 hectáreas, mientras que en Monterrei alcanzaban las 300. El resto de incendios no se queda atás: Entrimo (850 hectáreas), Boborás (520), Muíños (800), Lobeira (85), Fonsagrada (80) y Chantada (106).
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