Tal vez haya mucha gente que ni se acuerde porque desde que se puso la primera piedra, a principios de 2020, muchos vigueses han tenido tiempo de comenzar y terminar sus carreras universitarias, de finalizar el pago de sus hipotecas y hasta de casarse y divorciarse. Porque seis años, que son los que van a cumplirse en febrero desde el inicio de las obras del túnel bajo Porta do Sol, dan para mucho, y el Concello no espera que estén terminadas al menos hasta 2029.
Eso es al menos lo que figura en los Presupuestos que fueron aprobados la semana pasada por el Pleno municipal con los votos a favor del Partido Socialista y los votos en contra de PP y BNG. Cierto que, como es sabido, lo que se quiere hacer hoy nada tiene que ver con lo que quiso hacer entonces, y que muchos fueron los impedimentos y trabas que la obra se fue encontrando por el camino. Pero si los cálculos del Concello son correctos; es decir, si la obra arranca en breve y no sufre después más retrasos, habrá pasado toda una década desde que se puso en marcha el proyecto hasta su finalización.

En las cuentas del año próximo, el Gobierno municipal hace una proyección de gasto, con fondos propios, de 500.000 euros para 2026; dos millones de euros para 2027; seis millones de euros para 2028; y siete millones de euros para 2029, lo que hace un total de 15,5 millones de euros, pero el coste del proyecto de prolongación del túnel de Elduayen, diseñado por el arquitecto Alfonso Penela para extender el paso subterráneo hasta el entorno de Torrecedeira, es bastante más oneroso: su coste estimado oscila entre los 25 y los 30 millones de euros.
El dinero de la Xunta
La Xunta de Galicia, en respuesta a las exigencias del alcalde, Abel Caballero, que el pasado julio todavía pedía 25 millones de euros, se ha comprometido a poner 17,8 millones, una oferta que sigue sin respuesta.
De hecho, Allegue recordó que la partida presupuestaria está consignada en los presupuestos autonómicos de forma plurianual y que para el año 2026 ya existe un compromiso reflejado de 1,5 millones de euros.
«Es una infraestructura de carácter municipal y contamos con que el Concello contacte con la Xunta si quiere realmente formalizar ese convenio que viabilice esa financiación», dijo recientemente en Vigo la conselleira de Vivenda e Planificación de Infraestruturas, María Martínez Allegue, quien recordó que, al igual que el Concello tiene consignados 500.000 euros para el próximo ejercicio, la Xunta tiene consignada en sus presupuestos autonómicos una partida de 1,5 millones.
«Estamos pendientes de que mueva ficha para ver qué quiere hacer», insistió, en referencia al alcalde, que hasta el momento ha acusado a la Xunta de poner trabas al proyecto al no enviar los informes favorables necesarios para que el proyecto avance y que, ahora sí, están todos ya en manos del concello.
De momento, nada se sabe, pero si ambas administraciones se pusiesen de acuerdo mañana, cuatro años de obras les esperan a los vigueses por delante. En caso contrario, nadie sabe qué pasará, pero no son pocos los vigueses que especulan con la posibilidad de que se quede como está, una opción que no verían con malos ojos colectivos vecinales y ecologistas que defienden desde el principio de las obras que Vigo y su circulación no necesitan un túnel como este.
























