Hace años la Navidad comenzaba cuando lo indicaba el Corte Inglés. Ahora, en cambio, la Navidad comienza dos meses antes, con el encendido de la luces de Vigo, con un espectáculo lumínico y muy colorido que atrae a propios y a foráneos. A partir de ese momento mágico, además de las calles y plazas, el comercio comienza a engalanarse, a prepararse para una campaña que se prolonga varios meses, para aprovechar unas fiestas alegres en las que incluso muchas personas gastan lo que no tienen, y el centro de la ciudad se llena totalmente de gente y se hace casi intransitable. Sin embargo, hay establecimientos que lucen con este estilo festivo durante todo el año, y eso es algo que se nota mucho más en las floristerías. Sirva como ejemplo esta de la viguesa Rúa Barcelona, Alea, cuyo escaparate siempre es un agradable espectáculo y este año mucho más, porque cumple veinte años.

























