«Sabe perfectamente el señor Caballero que no se trata de cambiar una válvula por otra y que no son 50,000 euros, porque si en realidad cree eso tiene un problema», ha dicho este viernes de Mugardos, en A Coruña, la conselleria de Medio Ambiente, Ángeles Vázquez, a la que se le nota un endurecimiento del tono derivado de que, como ha dicho, el problema de Eiras es “mucho más serio” que la típica guerra con el alcalde Vigo y su gobierno.
«Una vez más le digo que hay que sentarse sí o sí; no puede irse de rositas diciendo cualquier tontería porque tenemos una obligación las administraciones», ha añadido la conselleira.
Lo mismo le ha dicho por carta el director de Augas de Galicia, Roi Fernández Añón, al concejal de Fomento y Servicios del Ayuntamiento de Vigo, Francisco Javier Pardo, en la que le vuelve a reclamar una reunión entre las partes para abordar el problema de las válvulas.
La reunión
¿Por qué es necesaria le reunión? Porque, según Añón, «es preciso que en el seno de esa reunión se analice el informe elaborado por la empresa que tiene el servicio de la seguridad de la presa, para que ninguna actuación a realizar pueda comprometer la seguridad de la presa y del abastecimiento de la población y se defina completamente la actuación a realizar”.
Y esa empresa es Aqualia, porque como ha recordado la conselleira desde Mugardos. La gestión de la presa pertenece a la Xunta y a Augas de Galicia desde que así lo decidieron los tribunales tras un largo litigio, pero el Concello solicitó entonces «la exclusividad de accionar las válvulas como responsable de garantizar el abastecimiento en su comarca, reserva que fue aceptada por la Xunta por su estrecha gestión con la prestación del servicio de competencia municipal”.
Es decir, que quien ha tenido siempre acceso a esas válvulas, que no se han sustituido desde hace casi 50 años, ha sido «única y exclusivamente» Aqualia, y Augas de Galicia no pudo acceder «hasta que tuvimos que hacer auditorías completas para el cumplimiento de la ley», y ello a pesar de «las trabas» que Vigo continuó poniendo, y fue entonces «cuando se detecta que hay un problema, y un problema grave, que puede afectar a la seguridad, pero también al abastecimiento», ha dicho la conselleira.
Caballero ha culpado a la Xunta, a la que ha tachado de negligente, y ha dicho que el problema se resuelve en dos días, encargadando otras válvulas al proveedor. La respuesta de la conselleira a esa afirmación ha sido esta: «Sabe perfectamente el señor caballero que no se trata de cambiar una válvula por otra y que no son 50,000 euros, porque si en realidad cree eso tiene un problema. Un problema de quien le está asesorando o simplemente porque entiende que esta es una guerra más”, ha dicho la conselleira.
Para la Xunta no se puede frivolizar con un asunto que considera de una gran gravedad, porque estamos hablando del suministro de agua a Vigo y buena parte de la comarca. El agua que consumen más de 400.000 personas de la zona procede de Eiras. Y poner en juego el suministro es una irresponsabilidad, vino a decir Vázquez.






















