La conselleira de Medio Ambiente e Cambio Climático, Ángeles Vázquez, ha remitido este martes una carta al alcalde de Vigo, Abel Caballero, en la que le pide una reunión urgente para actuar con la «máxima diligencia» ante las deficiencias detectadas por Augas de Galicia en dos de las cuatro válvulas que regulan el flujo de agua desde la presa de Eiras hacia la estación de tratamiento de O Casal. Unas deficiencias de las que la conselleira no ha dudado en responsabilizar al Gobierno local.
Las válvulas se instalaron en 1977 y nunca se renovaron, por lo que presentan un deterioro estructural que «pone en riesgo el abastecimiento» a las más de 400.000 personas que se abastecen del agua de Eiras, señala Vázquez, que no duda en señalar la responsabilidad del Ayuntamiento y su cabeza visible.
«No le oculto que nos sorprende enormemente que, a pesar de que estos dispositivos son manipulados de manera habitual por parte del Ayuntamiento de Vigo, nunca se notificase la existencia de estas graves deficiencias, que podrían comprometer el servicio que se dispensa a la ciudadanía de Vigo y a su área metropolitana», dice en su carta la conselleira.
Vázquez, además, acusa al Gobierno de Vigo, con los obstáculos «sistemáticos» que siempre pone a la Xunta, de haber impedido así a Augas de Galicia haber detectado antes estas anomalías. Y es que los los técnicos de Augas de Galicia recibieron las llaves de la presa de manos del Ayuntamiento en 2023 tras varias resoluciones judiciales. Pero, según la conselleira, encontraron tantas dificultades para hacer su trabajo que no fue hasta este 2025 cuando pudieron acceder a la infraestructura para su inspección, lo que les permitió comprobar el mal estado de las válvulas.
Preocupación máxima
«Como comprenderá, una vez conocidas estas graves incidencias, nuestra preocupación es máxima», escribe en su misiva la conselleira, en la que supone que ambas administraciones comparten esa inquietud.
Sin embargo, para Vázquez, la preocupación que mostró a finales de verano y principios de octubre Caballero por la falta de lluvias «contrasta de forma muy llamativa con el deficiente mantenimiento de una infraestructura fundamental, como es la presa de Eiras, así como por la completa ausencia de comunicación de estas incidencias por parte del Ayuntamiento de Vigo».
La presa de Eiras, inaugurada en los años 70, sigue siendo el principal embalse para la mayor urbe de Galicia, un recurso vital que ahora enfrenta retos de mantenimiento y modernización.
El episodio se enmarca en el recurrente pulso entre Concello y Xunta por la gestión hídrica. Recientes sequías han avivado el debate sobre la necesidad de nuevas infraestructuras, como una presa auxiliar aguas arriba o trasvases desde el Verdugo o el Miño. El alcalde ha insistido en soluciones definitivas, mientras la Xunta defiende que el abastecimiento está garantizado a corto plazo gracias a la nueva potabilizadora municipal.






















