Vigo ha recibido esta mañana la visita del MS Spitsbergen, un crucero de expedición noruego que combina la exploración natural con la inmersión cultural en un viaje de 11 noches entre Hamburgo y Lisboa. Con 137 pasajeros a bordo (en su mayoría alemanes, estadounidenses y británicos) y 84 tripulantes, este buque de la compañía Hurtigruten Expeditions ha atracado en la ciudad olívica como parte de un itinerario que incluye Harlingen, Ostende, Zeebrugge, Saint Malo, Douarnenez, Ferrol y Leixoes. Bautizado por votación popular en honor al archipiélago ártico de Svalbard, el Spitsbergen no es un crucero al uso: su diseño como “universidad flotante” y su enfoque sostenible lo convierten en un laboratorio navegante que invita a descubrir el mundo desde una perspectiva única.
Naturaleza y cultura desde Hamburgo a Lisboa
El MS Spitsbergen, con tarifas a partir de 4.300 euros, ofrece una experiencia alejada del lujo ostentoso de los megacruceros. Su itinerario, diseñado para amantes de la naturaleza y la historia, prioriza destinos con riqueza ecológica y patrimonial. En Vigo, los pasajeros han recorrido el casco viejo, las Cíes y los mercados locales, guiados por un equipo de expedición que imparte conferencias y actividades al aire libre. «Buscamos que cada escala sea una lección viva sobre el entorno y su cultura», explica un portavoz de Hurtigruten. La parada en la ría, con su biodiversidad y legado marinero, encaja perfectamente en esta filosofía, ofreciendo a los viajeros un contacto directo con el pulso atlántico de Galicia.
Una universidad en el mar
Construido en 2009 en Viana do Castelo (Portugal) bajo el nombre de Atlantida para la armadora portuguesa Atlanticoline, el buque enfrentó problemas técnicos y financieros que retrasaron su estreno. En 2015, Hurtigruten lo adquirió y, tras una reforma integral en 2016, lo transformó en un buque de 7.344 toneladas brutas, 101 metros de eslora y 18 de manga, con un diseño escandinavo inspirado en los tonos del mar. Su tamaño compacto y maniobrabilidad lo hacen ideal para explorar aguas estrechas, desde fiordos noruegos hasta rías gallegas, mientras que su tecnología de bajo impacto refuerza su compromiso con la sostenibilidad.
Lo que distingue al Spitsbergen es su equipo de expedición a bordo, un grupo de expertos que convierte cada travesía en una experiencia educativa. Conferencias diarias, talleres en cubierta y caminatas guiadas introducen a los pasajeros en el concepto noruego de friluftsliv (la vida al aire libre), fomentando un vínculo activo con la naturaleza y la cultura local.
En Vigo, las actividades han incluido charlas sobre la fauna de las Cíes y paseos por el Monte do Castro, conectando a los viajeros con la historia marítima de la ciudad. “El objetivo es que cada pasajero no solo vea, sino que comprenda y sienta el lugar”, destaca la tripulación en su programa oficial.
De Svalbard a la ría de Vigo
El nombre Spitsbergen, elegido por votación popular, rinde homenaje a la isla más grande del archipiélago de Svalbard, un bastión ártico donde Hurtigruten opera desde 1896 con su histórica “Ruta Deportiva”. De septiembre a mayo, el buque navega la costa noruega; el resto del año, se dedica a expediciones globales como esta, que conectan Europa Occidental con destinos de alto valor ecológico. En Vigo, su escala (la única en 2025) refuerza el atractivo de la ciudad como puerto clave para cruceros boutique, que priorizan la calidad sobre la masificación. Con capacidad para apenas 137 pasajeros, frente a los miles de los gigantes de Princess Cruises, el Spitsbergen ofrece una experiencia íntima, casi artesanal.
La llegada del Spitsbergen, que zarpará esta tarde hacia Leixoes, consolida a Vigo como un destino estratégico para el turismo de cruceros, con más de 250.000 visitantes anuales que impulsan la economía local. La presencia de este buque añade un matiz singular: una propuesta que combina aventura, aprendizaje y respeto por el entorno.