Comienza octubre y podemos decir que el estío nos queda muy lejos, pero realmente podemos entendernos también como una zona de tránsito entre las propuestas de finales de verano y las de entrada en el curso. En este contexto de mes bisagra queremos recuperar algunas series, cómics y discos surgidos a caballo entre el tiempo estival y el comienzo del curso.
Discoteca selecta
Algunos discos han sido muy importantes en este comienzo de temporada. Se nos ocurre en este sentido mencionar un evento como es la edición en disco de parte de los conciertos ofrecidos por la banda granadina Lagartija Nick en su 35.º cumpleaños.
El Lp se llama Eternamente vivo e incluye, con una magnífica calidad de sonido, interpretaciones vibrantes de canciones tan importantes para el rock independiente nacional como 20 versiones, o clásicos sacados de su obra compartida con Enrique Morente,Omega (una fascinante Niña ahogada en el pozo).
Wednesday, dese Asheville en Carolina del Norte y capitaneados por Karly Hartzman, es una de las bandas más importantes del rock alternativo. Con su disco de 2023, Rat Saw Gold, ya llamó la atención y acaparó puestos importantes en todas las listas de lo mejor del año. Desde entonces demostraron su solidez en giras que incluso llegaron a acercarnos a Vigo; tocaron en el festival Paredes de Coura de 2024, y ya entonces, asombrados por la contundencia de la banda en directo, quedamos a la espera de una continuación a la altura de aquel disco. Dicha continuación acaba de salir al mercado, responde al nombre de Bleeds y supone tanto una reactivación de su sonido urgente y distorsionado, volcánico incluso (en canciones como la apertura Reality TV Argument), como el paorte de nuevas vías de escape oxigenadas a su sonido enmarañado, a través de temas de la dulzura country de Elderberry Wine. Bleeds es, desde ya, uno de los discos destacados de este 2025.
En sus pantallas
En cuanto al audiovisual, muchas han sido las propuestas que se nos han ofrecido en verano a través del típico cine de consumo ligero, que en ocasiones ha sido tan entretenido como el Superman de James Gunn. Pero si lo que buscamos es un producto más autoral, no estaría de menos destacar una serie española en Netflix. Una revisión del modo más elegante posible de la mitología extravagante, casposa pero de indudable atractiva del friquismo surgido a principios de siglo, en aquel pozo sin fondo que dio en llamarse Crónicas Marcianas. Superestar, centrada en la figura de Tamara/Yurena (1969, San Vicente de Barakaldo) y toda la estrambótica fauna que la rodeaba, aborda aquel cosmos chusco con una mirada personalísima por parte de Nacho Vigalondo (1977, Cabezón de la Sal), que demuestra poderío como director de los capítulos que él mismo dirige, pero también un control personalísimo de un producto final que va a quedar como una de las grandes series españolas por su originalidad y su capacidad de alejarse de los tópicos que podríamos esperar de un biopic de la cantante.
Otra serie interesante que acaba de concluir su primera temporada es la reactivación de la saga Alien a través de su primera ficción seriada, concretamente para el canal Disney+ y bajo la tutela de Noah Hawley (1967, Nueva York), quien se ganó prestigio con productos como Legion y, sobre todo, Fargo. Alien: Planeta Tierra tiene puntos de indudable interés, todos ellos resumidos en la voluntad de salirse del camino marcado, del canon propio de la saga, alejándose del slasher común y de la criatura letal, para convertir al xenomorfo en uno más dentro de un cosmos de amenazas extraterrestres —cinco criaturas, entre las cuales sobresale “Ojo”—. E incrustar al personaje en una ficción global más próxima a Blade Runner que a El octavo pasajero. Una distopía futurista asentada en el clasicismo de obras como Frankenstein o el moderno Prometeo y en los relatos de Peter Pan para filosofar sobre la mortalidad, la inmortalidad y dónde reside eso que algunos dan en llamar alma. Una serie valiente, y controvertida precisamente por esa voluntad de apartarse de lo más predecible. Su final abierto aboca a una segunda temporada.
En cuanto a la gran pantalla, a las películas que se han estrenado estos últimos meses, es verdad que podríamos pararnos en los blockbusters más tópicos, los que cabía esperar que iban a triunfar en agosto; pero el caso más excepcional que hemos vivido en los últimos meses ha sido el del fenómeno Weapons, película de Zach Cregger (1981, Arlington) para el estudio Warner Bros. que literalmente ha arrasado en taquilla (ha recaudado 263 millones en todo el mundo). Esto no deja de ser una dinámica de popularización del género de terror con varios ejemplos en los últimos años (como Longlegs Osgood Perkins , 2024 y Los pecadores Ryan Coogler, 2025).
Weapons es una película tan sórdida como descacharrante. Se nota, en este sentido, que Cregger procede de la comedia, con obras como Miss March aunque fue Barbarian, su anterior película, la que lo puso en el foco como uno de los nuevos nombres del cine de terror. Si Barbarian ya era interesante, Weapons supone un paso de gigante, capaz de mezclar el terror más sórdido (porque el terror que se ensaña con la infancia nos lleva a los lugares más oscuros) con estructuras narrativas propias de los cuentos infantiles más turbadores, como por ejemplo Hansel y Grettel o El flautista de Hamelín. Todo ello a través de una estructura que recuerda a la gloriosa Magnolias de Paul Thomas Anderson o a las Vidas Cruzadas de Robert Altman. Obra muy mayor, no solo del cine de terror sino del cine en general, que acaba de estrenarse para alquiler y compra en las principales plataformas )
Pasar página
Y, por supuesto, vamos a recomendar algún cómic: uno nacional autoral y otro mainstream americano.
En cuanto a producto propio, destacamos El otro mundo, de Enrique Bonet (1966, Málaga) y Joaquín López Cruces (1957, Almería), editado este septiembre por la editorial Astiberri. Un trabajo de apartado gráfico exquisito, como corresponde a uno de nuestros autores de carrera más consolidada, pero al mismo tiempo reivindicable. Exquisitez gráfica apuntalando una historia emotiva alrededor de las Misiones Pedagógicas de la II República Española, aquel proyecto de llevar la cultura al mundo rural habitualmente alejado del cine, el teatro, la literatura, etc. La historia no cae en derroteros de aburrida didáctica, sino que disuelve el contexto en una historia sensible donde caben el retrato social, el dibujo de personajes bien temperados, la reivindicación (por ejemoplo, de la igualdad) y un realismo mágico fantasmagórico.
Y si comentaba antes que el verano fue tiempo de blockbusters, ya no solo con Superman sino también con Los Cuatro Fantásticos, películas más o menos livianas sobre superhéroes bien conocidos, el mundo del cómic ha sobrevivido a uno de los grandes terremotos hace unos meses, cuando el editor español que contaba con los derechos de la editorial DC (esto es, la casa de Superman, Batman, etc.) quebró, y la adquisición de dichos derechos rápidamente por Panini Comics permitió no solo la continuidad de este universo, sino también empezar su andadura en un punto muy interesante: este suceso ocurrió en un momento de reinvención por parte de la editorial americana, a través de dos líneas, por así decir. Una, continuando los tebeos de toda la vida; otra, la línea Absolute, que reimagina el origen de los iconos de la casa, dotando a sus creadores de mucha libertad para hacer y deshacer. Y lo bueno es que el respo por la visi´n del autor comenzó a dar frutos artísticos nada desdeñables.
Tal es el caso del tebeo Absolute Wonder Woman, cómic book mensual guionizado por Kelly Thompson, ilustrado por Hayden Sherman y con el color de Jordie Bellaire, que en España ha contado con la traducción de Santiago García (1968, Madrid). Un cómic de superhéroes puro y duro, siguiendo al pie de la letra el canon del género, en el que el motor de sus creadores no es la búsqeuda de innovaciones (aquí no estamos ante los prodigios gráficos que, por ejemplo, está ejecutando Javier Rodríguezen los títulos en los que participa). Wonder Woman, muy al contrario, supone un ejercicio de estilo prístino, enormemente eficaz, con unos diseños de página gozosos, una planificación exquisita y una dosificación de los acontecimientos que consigue crear una serie de acción adictiva, con el plus añadido de una mirada feminista muy propia, por otro lado, del universo de Wonder Woman, pero aquí especialmente eficaz.
