Habrá guateque o, la menos, se intentará. La lluvia del pasado sábado 27 de septiembre frustró los planes de la Asociación Cultural Vila de Bouzas, obligando a suspender el guateque «Abur verán», esa cita entrañable que transforma la Alameda Suárez Llanos en un portal al pasado retro. Sin embargo, el espíritu vecinal de Bouzas no se rinde ante los caprichos del tiempo atlántico: el evento, que invita a disfrazarse con ecos de los sesenta, setenta y ochenta, regresa con fuerza el próximo sábado 11 de octubre, a las 20:00 horas, en el mismo escenario.
Lo que nació hace seis años como un gesto comunitario para cerrar el verano con ritmos nostálgicos y disfraces vibrantes ha consolidado su estatus como icono del septiembre vigués. La pandemia ya lo pausó en sus inicios, y ahora la meteorología intenta de nuevo eclipsarlo, pero la asociación responde con determinación, cruzando los dedos por un cielo benévolo que permita a hippies, rockeros y verbeneros reunirse de nuevo bajo las estrellas.

Un guateque que resiste el paso del tiempo y del agua
El «Abur verán» no es solo una verbena: es un acto de resistencia cultural en un barrio que late al ritmo del mar y la tradición. La Alameda Suárez Llanos, con su arboleda centenaria y su proximidad al puerto pesquero, se erige como el lienzo ideal para este carnaval otoñal improvisado. Los asistentes, desde abuelos reviviendo juventudes perdidas hasta niños descubriendo el flower power en miniatura, se congregan para bailar al son del grupo local Sehiba, cuya selección musical salta de los Beatles a himnos gallegos con un beat retro inconfundible.
La cancelación del sábado pasado, anunciada con pesar en un comunicado escueto, reflejó la decepción de una vecindad que no cesa de preguntar por la nueva fecha. «La lluvia fuerza la despedida más divertida y nostálgica del verano», como se tituló la crónica del aplazamiento, pero Bouzas contraataca con optimismo. El disfraz sigue siendo el alma del guateque: camisas floreadas, pantalones de campana y hombreras imposibles prometen convertir la alameda en un desfile generacional que democratiza la alegría y teje lazos comunitarios.
El pulmón festivo de Vigo en otoño
En un contexto donde el ocio se fragmenta entre pantallas y rutinas aceleradas, «Abur verán» reivindica el valor del encuentro cara a cara, del vinilo viejo y el salitre en el aire. Bouzas, con sus astilleros y tabernas ancestrales, encuentra en esta fiesta un contrapunto vital a la modernidad, un último estertor estival que puentea la despreocupación playera con la llegada del otoño. La asociación cultural, pilar del barrio, ha visto crecer el evento edición tras edición, atrayendo a miles que ven en él no solo diversión, sino un mandato ético para preservar el pulmón festivo de la ciudad.
La nueva cita del 11 de octubre mantiene la esencia gratuita y abierta del guateque, sin entradas ni protocolos, solo con el pasaporte de un disfraz y el deseo de compartir empanadas y recuerdos. Para los vigueses, es una excusa para resistir los elementos y celebrar que, en Galicia, el verano no se despide tan fácilmente: se baila hasta que el calendario lo obligue.