La Comisión Permanente de la Confederación de Empresarios de Pontevedra (CEP), en la que están representadas 56 asociaciones y que se ha reunido en las últimas horas en O Grove, ha reclamado al Gobierno central que rescate la autopista AP-9, «que viene lastrando la competitividad empresarial en los últimos años y discrimina a Galicia con respecto a otros territorios».
El organismo empresarial ha recordado que la autopista vertebra el eje atlántico del noroeste peninsular, «la más utilizada y transitada» de toda Galicia, y que «bate récords de prórrogas sucesivas», siendo la única alternativa para el transporte de mercancías.
Los empresarios estiman que el rescate puede costar unos 2.300 millones de euros, como recoge el informe de la Xunta, y han advertido de que mantener los peajes «desorbitados» supone encarecer los bienes y servicios que se comercializan en Galicia.
El presidente de la patronal, Jorge Cebreiros, ha señalado que esos peajes son «un impuesto ilegal y abusivo que ha de ser eliminado de inmediato y que ya tenía que haber desaparecido hace tiempo, con prorrogas difíciles de justificar que suman 36 años».
Al problema económico, ha incidido, se suma un problema de fluidez de tráfico, reducción de tiempos y seguridad vial. Según la CEP, el rescate «descongestionaría el tráfico de la A-55 entre Porriño y Tui, además de otras vías más secundarias».
Por todo ello, la Confederación de Empresarios de Pontevedra ha acordado solicitar una reunión con el delegado del Gobierno en Galicia, Pedro Blanco, y con el ministro de transportes, Óscar Puente, para trasladarles su reivindicación y para intercambiar impresiones «sobre la planificación del resto de las infraestructuras necesarias para la Comunidad, como el Corredor Noroeste y la salida Sur del AVE».
La CEP hace «corresponsables» de esta situación a todos los gobiernos que participaron en las prórrogas de la concesión y ahora espera que el actual Ejecutivo, con el expediente abierto en la UE, «no deje pasar la oportunidad del rescate» para apostar por el desarrollo económico de Galicia, porque «cuanto más se espere, más caro será».