La ría de Vigo fue testigo ayer de un epílogo triunfal para la segunda etapa de la 56ª edición de La Solitaire du Figaro Paprec. Hugo Cardon, el joven patrón francés a bordo del Sarth’Atlantique, cruzó la línea de meta situada en Cabo Home a las 21:14 horas, coronándose vencedor tras invertir 4 días, 2 horas y 14 minutos en devorar las 486 millas desde la bahía de Morlaix. Este debutante, originario de Le Mans, superó a Alexis Loison (Groupe REEL), que llegó 13 minutos y 28 segundos después, y a Charlotte Yven (Skipper Macif 2023), primera mujer en meta, a 36 minutos y 39 segundos del líder. En un golpe de audacia oceánica, Cardon no solo se llevó la etapa, sino también el Trofeo BENETEAU al mejor novato, dejando a la flota exhausta pero eufórica en el puerto olívico.
La llegada, envuelta en la penumbra del atardecer, marcó el respiro merecido para 33 solitarios (Anaëlle Pattusch tuvo que ser evacuada tras dislocarse el hombro la noche del miércoles) que habían lidiado con dorsales anticiclónicas, vientos esquivos y noches de maniobras interminables. Mientras el resto de la flota ultimaba su entrada en la ría, Vigo se iluminó con el village de Portocultura, donde la Autoridad Portuaria y la Deputación de Pontevedra han tejido un programa que fusiona la adrenalina de la regata con el pulso cultural de la ciudad.
El camino de un debutante imbatible
Pocos auguraban, al sonar el bocinazo de salida en Morlaix el pasado lunes, que Cardon (uno de los 13 novatos en esta odisea atlántica) impondría su ley en Vigo. Su victoria no fue un azar del viento, sino el fruto de una estrategia quirúrgica: posiciones clave en cada punto de paso, rachas cazadas con precisión y maniobras ejecutadas bajo la sombra de rivales consagrados como Loison, ganador de la primera etapa, y Yven, que le pisó los talones en el tramo final. En la radio, horas antes de la meta, Cardon confesaba su secreto: «Soy consciente de que tengo un déficit de velocidad respecto a los demás, pero creo que consigo encontrar un buen posicionamiento».
La etapa, un laberinto de calmas y giros en el golfo de Vizcaya, puso a prueba el temple de todos. Cardon, que recorrió en la práctica 563 millas a una media de 4,87 nudos, resistió un «apagón» nocturno («No sé ni lo que estaba haciendo, aunque no he tenido alucinaciones como en la primera etapa») y celebró su hazaña con humildad: «Una carrera muy dura, implacable. A veces crees estar bien colocado y no; hay bajones morales. Al final, al llegar, me dicen que soy primero: increíble». Su táctica, forjada en el posicionamiento más que en la pura velocidad, le valió no solo la etapa, sino un podio soñado en la categoría de novatos.
Loison, segundo con un recorrido efectivo de 563,28 millas, remontó un falso arranque en la primera etapa para consolidar su liderazgo general: «Una regata increíble, con un ritmo particular. Me lancé a remontar la flota tras el error inicial. En el sprint final, con Charlotte detrás, me concentré en mí. Esta etapa, con su complejidad, la calificaría de 8 sobre 10». Yven, tercera tras 561,72 millas a 4,86 nudos, debutó en el podio femenino con orgullo: «Una etapa completa que nos hizo nudos en el cerebro. Nos divertimos, tuve que pisar el freno en momentos duros, pero acabar tercera es un placer. Todo estaba ahí: del abrigo al spinnaker, de la calma a las jugadas estratégicas. Estoy orgullosa de mi navegación». En un toque de galantería atlántica, añadió: «En el sprint final, Alexis me robó la prioridad; no hay caballerosidad en la regata, pero intentaré devolvérsela en la próxima».
Un village para la celebración
La llegada de Cardon y los primeros barcos desató el júbilo en el muelle de Portocultura, donde el village (impulsado por la Autoridad Portuaria de Vigo y la Diputación de Pontevedra) ya bullía desde el jueves con talleres interactivos, foodtrucks y exposiciones sobre la mítica Solitaire. Bajo el lema «Galicia sabe a mar», esta escala única en España transforma la ciudad en un foro atlántico, con charlas de patrones, clinics de vela y catas de maridaje que celebran el patrimonio ríanse.
Hoy sábado, a las 12:00 horas, el acto central: la entrega de premios en Portocultura, con la presencia de Carlos Botana, presidente de la Autoridad Portuaria, y Luisa Sánchez, vicepresidenta de la Deputación. Sánchez ha destacado el impacto: «Vigo se siente parte de esta aventura, animando a las tripulaciones y proyectando nuestra identidad marítima al mundo». La flota, atracada por apenas 36 horas, repone fuerzas para la salida inminente: a las 17:00 horas de mañana domingo, los 33 Figaro 3 largarán amarras rumbo a Saint-Vaast-la-Hougue, en una tercera etapa de 612 millas plagada de trampas desde Finisterre al golfo de Vizcaya y las corrientes del canal de la Mancha.
Hacia el asalto final: Loison, rey provisional
Con Loison al frente del general tras dos etapas, la Solitaire entra en su clímax. Cardon, que aspiraba a un podio para un novato: «Vine por el Trofeo BENETEAU y un buen puesto en novatos; esto es una locura». Yven, pletórica, anticipa revancha: «La carretera aún es larga». En Vigo, donde la ría despedirá a los solitarios con el puente de Rande y las Cíes como centinelas, la regata no es solo competición: es un himno al mar y a la tenacidad humana. Mañana, al viento, hacia Normandía.